Eje Intestino‑Cerebro‑Microbiota: ¿La Comida Afecta tu Bienestar?
¿Has sentido ansiedad cuando estás inflamado o de mal humor después de una mala digestión? No es casualidad. La ciencia confirma que existe un sistema de comunicación para los dos lados entre tu intestino y tu cerebro, mediado por la microbiota intestinal: el eje intestino‑cerebro‑microbiota. Entenderlo puede transformar tu enfoque sobre la salud mental, digestiva y metabólica. (1)
¿Qué es este eje intestino‑cerebro‑ microbiota y cómo funciona?
Este eje Intestino‑Cerebro‑Microbiota usa múltiples caminos: nervioso (nervio vago), endocrino, inmune y metabólico. La microbiota produce metabolitos que afectan neurotransmisores, estos regulan la inflamación y el sistema nervioso central. En condiciones de disbiosis (desequilibrio), el mensaje intestinal al cerebro se altera, favoreciendo la aparición de trastornos neurológicos y digestivos. (1)
Evidencia actual del papel de la microbiota en el cerebro
Se ha visto que una alteración de la microbiota permanente está asociada con enfermedades como Alzheimer, Parkinson, ansiedad, depresión y autismo, mediante rutas neuroinmunes y metabólicas. Cambios en la producción de neurotransmisores como serotonina y GABA influyen directamente en tu estado de ánimo y funciones cognitivas. (1)
La dieta, el microbioma y el estado emocional
La calidad general de tu dieta impacta la diversidad y estabilidad de tu microbiota. Dietas ricas en alimentos ultraprocesados y grasas saturadas están vinculadas a disbiosis intestinal, lo que favorece inflamación y alteraciones neuropsiquiátricas. Además, parece confirmase que una modulación de la Microbiota, mediante dieta o probióticos, mejora significativamente síntomas de ansiedad y depresión leve. (2, 3)
¿Qué pasa cuando este eje intestino‑cerebro‑microbiota se desregula?
En el síndrome de intestino irritable (SII), se han identificado patrones de microbiota asociados con la severidad de sus síntomas. El desequilibrio microbiano puede afectar funciones nerviosas, sensibilidad visceral e inflamación local, lo que empeora los síntomas digestivos. También, se ha destacado que la mejora de disbiosis en pacientes con SII reduce inflamación y síntomas, reforzando la relación entre microbiota, funciones nerviosas y estado emocional. (4, 5)
Señales de posible disbiosis del eje Intestino‑cerebro‑microbiota
Estos síntomas pueden sugerir alteraciones en el eje intestino‑cerebro:
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Síntomas digestivos bastante seguidos (dolor, Hinchazón, cambios en las deposiciones) sin ninguna patología clara. (4)
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Ansiedad o estrés constante asociados a problemas digestivos. (3)
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Síntomas leves por alteraciones neuropsiquiátricas y una presencia de disbiosis intestinal. (1)
Más allá del intestino: cómo la microbiota influye en la neuroplasticidad
Hace tiempo se ha visto que ciertas alteraciones en la microbiota intestinal pueden aumentar la permeabilidad intestinal y activar respuestas inflamatorias sistémicas, lo que de verdad impacta directamente en la función cerebral y la salud mental. Los metabolitos de las bacterias pueden cruzar la barrera hematoencefálica, afectar la neuroplasticidad y modular la actividad de células inmunitarias del sistema nervioso central, lo que sugiere un vínculo directo entre disbiosis intestinal y disfunciones cognitivas o emocionales. (6)
Evidencia clínica en trastornos funcionales digestivos
Se ha visto que cambios en la microbiota duodenal se asocian con inflamación local y sensibilidad visceral, lo que genera malestar crónico. Además, investigaciones de la misma línea en 2016 han mostrado que intervenciones específicas (como probióticos o moduladores microbianos) pueden bajar significativamente los síntomas digestivos y mejorar la calidad de vida, reforzando la idea de que tratar el microbioma no solo alivia el intestino, sino también la mente. (7, 8)
Punteo práctico: señales que tener en cuenta
- Revisión del buen funcionamiento del microbioma mediante estudios clínicos
- Síntomas digestivos muy constantes con colonoscopías normales
- Cambios emocionales asociados a problemas intestinales
- Respuesta positiva a intervenciones con probióticos
Mynu y el eje intestino‑cerebro‑microbiota: personalización que cuida tu salud mental y digestiva
Con Mynu entendemos que la cocina del bienestar pasa por tu intestino y tu cerebro. A través del análisis genético y el seguimiento de hábitos, identificamos si tienes Predisposición a disbiosis o sintomas gastrointestinales. Esto nos permite diseñar un plan inteligente y ajustado, sin recetas restrictivas: centrado en tu biología, tu microbiota y tu bienestar emocional. (Siempre respaldado en la investigación científica)
Conclusión
El eje intestino‑cerebro‑microbiota es una vía real y potente de comunicación entre tu digestión y tu mente. La disbiosis no solo afecta tu salud física, sino también tu bienestar emocional. Cuidar este eje es una de las estrategias más accesibles y efectivas para mejorar la salud integral. Y con la ayuda de Mynu, puedes hacerlo de forma inteligente, personalizada y sin complicaciones.
Bibliografía
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Cómo Comer Después de Tomar Antibióticos
Los antibióticos han sido uno de los mayores avances en la historia de la medicina. Salvan vidas al eliminar bacterias perjudiciales, pero también pueden tener efectos secundarios importantes, especialmente en la microbiota intestinal. Muchas personas experimentan hinchazón, cambios en su tránsito intestinal o malestar digestivo luego de un tratamiento con antibióticos. Sin embargo, la dieta puede jugar un importante papel en la recuperación de ese equilibrio intestinal, eso sin recurrir a suplementos. En este blog te explicamos qué es lo que pasa con tu microbiota cuando tomas antibióticos y qué alimentos puedes priorizar para recuperarte de manera segura y eficaz.
¿Qué hacen los antibióticos en tu microbiota?
Cuando tomas antibióticos, no solo eliminas las bacterias responsables de la infección, sino también una parte importante de las bacterias que son beneficiosas y que viven en tu intestino (1). Esto puede reducir la diversidad de tu microbiota y generar que microorganismos menos favorables, como Clostridium difficile, crezcan de forma descontrolada, aumentando el riesgo de infecciones o disbiosis (desequilibrio microbiano) (2).
Este problema puede durar semanas o incluso meses, dependiendo del tipo de antibiótico, la duración del tratamiento y la alimentación de base. Por eso, lo que comes después de terminar el tratamiento es fundamental para favorecer la recuperación de un ecosistema intestinal saludable.
¿Es necesario tomar suplementos probióticos?
Si bien existen cepas específicas de probióticos con respaldo científico para ciertos casos clínicos (como prevención de diarrea por antibióticos), la mayoría de los suplementos comerciales no tienen efectos obligatorios en personas sanas y no siempre tienen cepas vivas o efectivas (3).
Por otro lado, una estrategia basada en alimentos reales puede ayudar tanto en la repoblación de bacterias beneficiosas como la regeneración del intestino. Además, tiene la ventaja de aportar fibra, micronutrientes y compuestos antiinflamatorios sin riesgo de sobrepoblación de una sola especie (como pasa con algunos suplementos mal indicados).
¿Qué alimentos ayudan a recuperar tu microbiota?
A continuación, te compartimos alimentos con evidencia para favorecer la recuperación de tu microbiota tras el uso de antibióticos:
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Alimentos fermentados naturales: Como yogur con cultivos vivos, kéfir, chucrut, kimchi o kombucha sin pasteurizar. Estos alimentos contienen bacterias vivas conocidas como probióticos y pueden ayudar a restaurar la diversidad microbiana intestinal, siempre teniendo en cuenta que hay que consumirlos en su justa medida (4).
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Prebióticos naturales: Son fibras que alimentan a las bacterias buenas. Están presentes en alimentos como plátano, cebolla, ajo, espárragos, puerros, alcachofas y avena (5).
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Legumbres y cereales integrales: Aportan fibra fermentable que mejora la función intestinal y promueve el crecimiento de bacterias beneficiosas como Bifidobacterium y Lactobacillus.
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Frutas y verduras variadas: Una dieta rica en plantas favorece una microbiota diversa y antiinflamatoria. La variedad es clave.
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Caldo de huesos o alimentos ricos en gelatina natural: Ayudan a reparar la barrera intestinal al aportar colágeno y glutamina, componentes clave en la integridad de la mucosa (6).
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Grasas saludables: Como aceite de oliva extra virgen, palta o semillas, que modulan la inflamación y promueven una microbiota equilibrada (7).

¿Qué deberías evitar?
Mientras te recuperas, hay algunos alimentos que pueden empeorar el restablecimiento del equilibrio intestinal. Idealmente, deberías:
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Evitar el consumo frecuente de alimentos ultraprocesados, ya que su bajo contenido de fibra y alto contenido de aditivos pueden dañar la microbiota (8).
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Limitar edulcorantes artificiales como sucralosa o aspartamo, que se han relacionado con alteraciones microbianas intestinales.
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Reducir el alcohol, especialmente en grandes cantidades, por su efecto negativo sobre la permeabilidad intestinal.
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No tomar suplementos probióticos genéricos sin indicación profesional.
¿Cuánto se demora en recuperarse la microbiota?
La recuperación puede tardar de 2 a 8 semanas, aunque en algunas personas la microbiota puede seguir alterada durante meses si no se acompaña con una dieta adecuada (9). Por eso, mantener una alimentación rica en vegetales, legumbres y alimentos fermentados durante ese periodo puede marcar la diferencia.
También es importante considerar que cada persona tiene una microbiota única, por lo que la respuesta a los mismos alimentos puede variar. Escuchar tu cuerpo y observar cómo te sientes es una herramienta tan útil como cualquier análisis.
Mynu y tu microbiota post-antibióticos
En Mynu entendemos que la salud digestiva es necesaria para todo lo demás: desde tu energía diaria hasta tu sistema inmune. Gracias a nuestros planes personalizados y a la tecnología de Numy, podemos ayudarte a diseñar una alimentación que ayude con tu recuperación intestinal después de tomar antibióticos. No tenemos soluciones genéricas ni suplementos innecesarios: necesitamos de tu genética, tus objetivos y tus hábitos para entregarte una guía real, segura y sostenible para tu salud digestiva.
Conclusión
Tomar antibióticos puede alterar de verdad tu microbiota, pero tu alimentación tiene el poder de ayudar a recuperarla. No necesitas suplementos caros ni protocolos extremos. Una dieta rica en vegetales, fibra y alimentos fermentados es suficiente para apoyar a tu cuerpo en su proceso de recuperación. Con la guía adecuada, es posible sanar desde el intestino y construir una salud más fuerte, sin complicaciones.
Bibliografía
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Alimentos Fermentados: Claves para una Microbiota Saludable
La alimentación podría ser el papel clave en la salud intestinal y general del cuerpo. En los últimos años, los alimentos fermentados han ganado popularidad debido a su impacto positivo en la microbiota intestinal, el sistema inmunológico y la digestión. Desde el yogurt hasta el kimchi, estos alimentos han sido parte de la dieta humana durante cientos de años, pero ¿qué dice la ciencia sobre sus beneficios reales?
¿Qué Son los Alimentos Fermentados?
Los alimentos fermentados son alimentos que han pasado por un proceso de fermentación, en donde los microorganismos como bacterias y levaduras transforman los componentes del alimento, mejorando su digestibilidad y perfil nutricional. Durante el proceso, se producen compuestos beneficiosos como ácidos orgánicos, enzimas y probióticos que pueden influir positivamente en nuestra salud intestinal (1).
Algunos ejemplos de alimentos fermentados incluyen:
- Lácteos fermentados: yogur, kéfir
- Vegetales fermentados: chucrut, kimchi, pepinillos
- Bebidas fermentadas: kombucha, Kvas
- Productos de soya fermentados: miso, tempeh
Beneficios de los Alimentos Fermentados
1. Salud Digestiva y Microbiota Intestinal
Los alimentos fermentados contienen probióticos, son microorganismos vivos que pueden ayudar a mejorar la composición de la microbiota intestinal. Un microbioma equilibrado se relaciona con una mejor digestión, menos inflamación intestinal y una reducción del riesgo de enfermedades digestivas como el síndrome de intestino irritable (2).
2. Refuerzo del Sistema Inmunológico
La microbiota intestinal tiene un efecto directo en la función inmunológica. Se ha visto que los alimentos fermentados pueden modular la respuesta inmunitaria, fortaleciendo las defensas del cuerpo contra infecciones y pudiendo reducir la inflamación crónica (3).
3. Mejora en la Absorción de Nutrientes
El proceso de fermentación puede aumentar la biodisponibilidad de algunos nutrientes, como las vitaminas del grupo B, el hierro y el zinc. Además, la fermentación ayuda a descomponer compuestos como los antinutrientes, lo que facilita una mejor absorción de minerales esenciales (4).
4. Beneficios para la Salud Mental
El eje intestino-cerebro es un área de estudio creciente en las ciencias que se relacionan a la nutrición. Se ha encontrado que un microbioma equilibrado puede influir en la producción de neurotransmisores como la serotonina, lo que puede mejorar el estado de ánimo y reducir síntomas de ansiedad y depresión (5).
5. Regulación del Metabolismo
Algunos estudios han sugerido que los alimentos fermentados pueden contribuir a mejorar la regulación metabólica al influir en la composición del microbioma intestinal. Se ha visto que ciertos probióticos presentes en el yogur y el kéfir pueden ayudar a mejorar la sensibilidad a la insulina y favorecer el metabolismo de las grasas (6).
¿Todos los Alimentos Fermentados Son Iguales?
No todos los alimentos fermentados contienen probióticos vivos, ya que algunos pasan por procesos de pasteurización que eliminan las bacterias beneficiosas, un muy buen ejemplo, el chucrut. Para aprovechar sus beneficios, es recomendable elegir productos que indiquen la presencia de cultivos vivos en su etiqueta. Busca que sean no pasteurizados para obtener todos sus beneficios.
¿Cómo Incluirlos en la Dieta?
Incorporar alimentos fermentados en la alimentación diaria es fácil y puede traer varios beneficios para la salud. Algunas recomendaciones son:
- Añadir kéfir o yogur natural en el desayuno.
- Incluir una porción de chucrut o kimchi no pasteurizados en las comidas.
- Elegir de vez en cuando bebidas fermentadas como kombucha en lugar de bebidas gaseosas clásicas.
- Incorporar miso o tempeh en preparaciones de sopas o ensaladas.
Mynu y la Personalización de la Alimentación
En Mynu, entendemos que cada persona tiene necesidades nutricionales únicas. Gracias a la inteligencia artificial de Numy, podemos ayudarte a incorporar alimentos fermentados de manera personalizada en tu dieta, optimizando tu microbiota y mejorando tu bienestar digestivo. Numy te puede asesorar en la selección y combinación de alimentos fermentados según tus objetivos de salud y preferencias personales.
Conclusión
Los alimentos fermentados son una herramienta muy agradable y con buen sabor para mejorar la salud intestinal y fortalecer el sistema inmunológico. Su impacto positivo en la digestión, el metabolismo y la absorción de nutrientes los convierte en los mejores aliados para una alimentación equilibrada. Integrarlos en la dieta de manera regular puede ser una estrategia efectiva para mejorar la salud a largo plazo.
Referencias
1. Marco, M. L., et al. (2017). Health benefits of fermented foods: microbiota and beyond. Current Opinion in Biotechnology, 44, 94-102. https://doi.org/10.1016/j.copbio.2016.11.010
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3. Bermudez-Brito, M., et al. (2012). Probiotic mechanisms of action. Annals of Nutrition and Metabolism, 61(2), 160-174. https://doi.org/10.1159/000342079
4. Shokryazdan, P., Jahromi, M. F., Liang, J. B., & Ho, Y. W. (2017). Probiotics: From Isolation to Application. Journal Of The American College Of Nutrition, 36(8), 666-676. https://doi.org/10.1080/07315724.2017.1337529
5. Foster, J. A., & Neufeld, K. M. (2013). Gut-brain axis: how the microbiome influences anxiety and depression. Trends in Neurosciences, 36(5), 305-312. https://doi.org/10.1016/j.tins.2013.01.005
6. Kadooka, Y., et al. (2010). Regulation of abdominal adiposity by probiotics (Lactobacillus gasseri SBT2055) in adults with obese tendencies in a randomized controlled trial. European Journal of Clinical Nutrition, 64(6), 636-643. https://doi.org/10.1038/ejcn.2010.19
SIBO ¿Qué lo causa y cómo afecta tu salud digestiva?
El Sobrecrecimiento Bacteriano en el Intestino Delgado (por sus siglas en ingles, SIBO) es una condición en la que las bacterias, normalmente presentes en cantidades controladas en el intestino grueso, proliferan excesivamente en el intestino delgado. Este desequilibrio afecta la digestión y la absorción de nutrientes y puede llevar a síntomas digestivos incómodos. En este blog, exploraremos qué es el SIBO, por qué sucede, y cómo puede afectar la salud digestiva.
¿Qué es el SIBO?
El SIBO se caracteriza por la presencia excesiva de bacterias en el intestino delgado, un área donde normalmente hay menos actividad bacteriana. Este sobrecrecimiento anormal afecta en la función digestiva, ya que las bacterias utilizan los nutrientes destinados al cuerpo, generando productos considerados desechos, que pueden irritar el revestimiento intestinal. Esto causa síntomas como hinchazón, dolor abdominal, diarrea, o estreñimiento (1).
¿Por Qué Sucede el SIBO?
El SIBO puede tener múltiples causas. No es el origen del problema, sino más bien la consecuencia de una disbiosis intestinal (desequilibrio) que puede generarse por múltiples razones. Afecta el tránsito intestinal y el funcionamiento adecuado del sistema digestivo.
1. Motilidad Digestiva Alterada: La motilidad es la capacidad del sistema digestivo para mover el contenido a través del intestino. Factores como el síndrome de intestino irritable (SII), diabetes y algunas enfermedades neuromusculares pueden afectar esta movilidad, permitiendo que las bacterias crezcan en el intestino delgado (2).
2. Estructura Anatómica Anormal: Cirugías gastrointestinales previas, obstrucciones y condiciones como la enfermedad de Crohn pueden cambiar la anatomía normal del intestino y crear partes de estancamiento donde las bacterias pueden proliferar fácilmente (3).
3. Deficiencia de Ácidos Estomacales: El ácido estomacal nos permite la eliminación de bacterias. Las personas que toman medicamentos para reducir la acidez, como los inhibidores de la bomba de protones (omeprazol). Pueden tener más riesgo de SIBO ya que disminuye la acidez necesaria para controlar el crecimiento bacteriano (4).
4. Disbiosis Intestinal: La disbiosis, o el desequilibrio de bacterias en el intestino, puede generar SIBO. Factores "comunes" como una dieta alta en azúcares y baja en fibra, el uso frecuente de antibióticos y el estrés crónico pueden alterar la microbiota intestinal. Y así favorecer el crecimiento bacteriano inadecuado (5).
5. Sistema Inmunológico Débil: Un sistema inmune débil puede empeorar la regulación del crecimiento bacteriano en el intestino. Esto puede ser el resultado de enfermedades como el VIH, o de tratamientos con inmunosupresores que reducen la capacidad del cuerpo para combatir un sobrecrecimiento bacteriano (6).
¿Cómo Afecta el SIBO la Salud Digestiva?
El SIBO tiene un impacto importante en la digestión y absorción de los nutrientes, lo que puede generar distintos problemas de salud:
1. Malabsorción de Nutrientes: El sobrecrecimiento bacteriano consume muchos de los nutrientes antes de que el cuerpo pueda absorberlos. Esto lleva a deficiencias de vitaminas, especialmente las vitaminas B12 y D, y minerales como el hierro. Puediendo causar fatiga, anemia y problemas neurológicos (7).
2. Síntomas Digestivos: Las bacterias en exceso fermentan los carbohidratos de la dieta, generando gases como hidrógeno y metano. Esto provoca síntomas como hinchazón, gases, dolor abdominal y problemas con el tránsito intestinal, tanto diarrea como estreñimiento (5).
3. Inflamación del Revestimiento Intestinal: Los subproductos de las bacterias pueden irritar e inflamar el intestino. Esto puede dañar las vellosidades intestinales, encargadas de la absorción de nutrientes. Con el tiempo, esto puede ayudar a una condición llamada intestino permeable, donde sustancias no digeridas podrían pasar a la sangre y desencadenar respuestas del sistema inmune (8).
4. Complicaciones a Largo Plazo: Si no se trata, el SIBO puede llevar a pérdida de peso no intencional, deshidratación y deficiencias nutricionales graves. También podría empeorar otros problemas de salud, como el síndrome de intestino irritable y enfermedades inflamatorias intestinales (9).
Diagnóstico y Tratamiento del SIBO
El diagnóstico del SIBO generalmente se realiza mediante una prueba de aliento, que mide los niveles de hidrógeno y metano exhalados después de consumir un carbohidrato específico. Estos gases son producidos por las bacterias en el intestino delgado durante la fermentación. Si los niveles están elevados, puede ser que indique SIBO.
El tratamiento del SIBO podría incluir:
Antibióticos: Como la rifaximina también usada para la diarrea del viajero, se utilizan para reducir el sobrecrecimiento bacteriano.
Cambios en la Dieta: Dietas como la baja en FODMAPS ayudan a bajar los carbohidratos fermentables que las bacterias utilizan como alimento.
Procinéticos: Estos medicamentos ayudan a mejorar la motilidad intestinal y evitar el estanque de bacterias en el intestino delgado.
El Papel de Mynu en la Prevención y el Mantenimiento
Aunque el SIBO necesita de tratamiento médico, una dieta personalizada puede ayudar a mejorar la salud digestiva y reducir el riesgo de recaídas. Mynu puede ser una herramienta útil para adaptar la dieta a tus necesidades individuales, promoviendo una variedad de alimentos que apoyen una microbiota intestinal equilibrada y un tránsito intestinal óptimo. Además, con el apoyo de nuestra inteligencia artificial Numy, los usuarios pueden recibir ayuda para tomar decisiones informadas sobre su dieta y mantener una alimentación balanceada y sostenible.
Conclusión
El SIBO es una condición complicada que puede afectar mucho la salud digestiva y general. Con una combinación de tratamiento adecuado y un enfoque nutricional personalizado, es posible manejar sus efectos y mejorar la calidad de vida. Adaptar la dieta y mantener un equilibrio en la microbiota intestinal son pasos importantes para reducir el SIBO y mejorar la digestión general.
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