¿Duermes bien pero te sientes muy cansado? ¿Te cuesta concentrarte durante el día y no sabes por qué? Aunque el cansancio puede tener muchas causas, una de las más comunes y subestimadas es la alimentación. Lo que comes (y lo que no) tiene relación directa con tu energía, tu ánimo y tu rendimiento diario. En este blog te explicamos las causas nutricionales más comunes detrás de una fatiga constante, cómo identificarlas y qué puedes hacer para sentirte mejor, respaldado por evidencia científica actual.
¿Qué es el cansancio “sin causa aparente”?
Sentir cansancio de vez en cuando es normal. El problema aparece cuando la fatiga es constante, afecta tu día a día y no mejora cuando descansas. En muchos de estos casos, la alimentación efectivamente tiene un papel: deficiencias de nutrientes, comidas mal distribuidas o desequilibrios energéticos pueden estar detrás del problema (1).
Además, el cuerpo necesita una combinación equilibrada de macronutrientes (carbohidratos, proteínas y grasas) y micronutrientes (vitaminas y minerales) para funcionar bien. Cuando alguno falta, el metabolismo baja y la energía disminuye.
Causas alimentarias comunes del cansancio
Existen varios factores de la dieta que pueden influir en la fatiga. Aquí los más frecuentes:
1. Deficiencia de hierro
El hierro es esencial para transportar oxígeno a través de la sangre. Cuando hay déficit, los tejidos reciben menos oxígeno y el cuerpo se agota con facilidad. Esto se conoce como Anemia ferropénica y es una de las causas más comunes de fatiga crónica, especialmente en mujeres jóvenes y personas con dietas pobres en hierro (2).
2. Consumo insuficiente de calorías
Saltarse comidas, hacer dietas muy restrictivas o simplemente no comer lo suficiente puede hacer que el cuerpo no tenga la energía que necesita. Aunque a corto plazo puedas sentirte “liviano”, a mediano plazo aparecen síntomas como falta de ganas, irritabilidad y cansancio (3).
3. Dietas pobres en carbohidratos complejos
Los carbohidratos son la principal fuente de energía para el cerebro y los músculos. Reducirlos excesivamente (como lo hacen en algunas dietas de moda) puede provocar fatiga mental y física, especialmente si no se reemplazan por otras fuentes de energía adecuadas (4).
Micronutrientes clave para la energía
No solo son las calorías o los carbohidratos. Existen vitaminas y minerales esenciales para que el metabolismo funcione correctamente. Los más importantes en relación con el cansancio son:
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Hierro: ya mencionado, indispensable para el transporte de oxígeno.
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Vitamina B12: participa en la producción de glóbulos rojos y el sistema nervioso. Su déficit es común en dietas vegetarianas que no son suplementadas.
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Vitamina D: influye en la salud muscular y el estado de ánimo. Su déficit puede generar fatiga generalizada.
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Magnesio: participa en reacciones energéticas celulares. Niveles bajos se asocian con fatiga muscular y mental (5)
Signos que podrían indicar una causa alimentaria
- Te sientes cansado aunque duermas bien.
- Comes pocas veces al día o te saltas comidas.
- No incluyes suficientes carbohidratos integrales.
- Evitas carnes y no tomas suplementos de B12.
- No te expones al sol y nunca te has medido la vitamina D.
- Comes poco hierro (carnes, legumbres, vegetales verdes).
- Tomas mucho café o azúcar para “despertarte”.
Si te sientes identificado con varios de estos puntos, es probable que tu alimentación esté afectando tu nivel de energía.
Otros factores relacionados con el cansancio
La Hidratación también influye: incluso una deshidratación leve puede afectar la concentración y aumentar la sensación de fatiga (6).
Además, consumir muchos alimentos ultraprocesados (ricos en azúcar, grasas trans y sodio) puede alterar la microbiota intestinal, lo que se ha vinculado con inflamación, menor absorción de nutrientes y peor estado anímico (7).
¿Y si ya me alimento bien?
A veces, el problema no es que si te lo comas, sino cómo lo absorbes o metabolizas. Algunas personas tienen menor capacidad de absorber hierro, B12 o vitamina D por causas genéticas o gastrointestinales. En otros casos, puede haber una necesidad aumentada (como en deportistas o mujeres embarazadas) que no se está cubriendo.
Con Mynu puedes descubrir lo que tu cuerpo necesita
En Mynu utilizamos tu información genética y tus hábitos para evaluar si tienes predisposición a deficiencias que puedan provocar fatiga. Por ejemplo, algunas variantes genéticas afectan la metabolización de la vitamina D o la absorción del hierro. También podemos ver si tu cuerpo responde mejor a una dieta más rica en carbohidratos para mantener la energía estable. Así, evitamos probar suerte y construimos un plan nutricional basado en datos reales, que se adapte a tu biología y estilo de vida.
Conclusión
Sentirse cansado todo el tiempo no debería ser normal. Si tu sueño está bien y sigues sintiendo fatiga, la alimentación puede ser la causa y también la solución. Con algunos ajustes simples y, si es necesario, un enfoque más personalizado como el de Mynu, puedes recuperar tu energía, mejorar tu rendimiento diario y volver a sentirte tú.
Bibliografía
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Zeballos, E., & Todd, J. E. (2020). The effects of skipping a meal on daily energy intake and diet quality. Public Health Nutrition, 23(18), 3346-3355. https://doi.org/10.1017/s1368980020000683
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Gröber, U., Schmidt, J., & Kisters, K. (2015). Magnesium in Prevention and Therapy. Nutrients, 7(9), 8199-8226. https://doi.org/10.3390/nu7095388
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Hosseininasab, D., Shiraseb, F., Bahrampour, N., Da Silva, A., Hajinasab, M. M., Bressan, J., & Mirzaei, K. (2024). Ultra-processed food consumption and quality of life: a cross-sectional study in Iranian women. Frontiers In Public Health, 12. https://doi.org/10.3389/fpubh.2024.1351510

