contar calorias

¿Se Puede Comer Bien sin Contar Calorías?

Contar calorías ha sido una recomendación por muchas décadas, es una de las estrategias más usadas para bajar de peso o mantener una "alimentación saludable". Sin embargo, contar calorías se ha vuelto cada vez más cuestionado por la ciencia y por profesionales de la salud. ¿Realmente es necesario registrar constantemente cada una de las calorías para comer bien? ¿O es posible alcanzar un equilibrio nutricional sin requerir de contar las calorías en cada comida? En este blog analizaremos lo que dice la evidencia científica sobre este tema, desmontando mitos y ofreciendo alternativas prácticas basadas en fisiología y hábitos sostenibles.

El origen de la obsesión por las calorías

Las calorías son una unidad de energía, y si lo miramos desde un lado físico, el balance de calorías sigue siendo la base: si consumes más calorías de las que gastas, acumulas energía; si consumes menos, pierdes peso. Sin embargo, reducir toda la complejidad de la alimentación humana a una simple fórmula de “ contar calorías que entran versus calorías que salen” es una simplificación muy grande.  No todas las calorías vienen acompañadas de lo mismo lo que genera que cosas como la calidad de la dieta, el tipo de alimento, la microbiota intestinal, el gasto energético y la saciedad influyan enormemente en el resultado final (1).

¿Contar calorías funciona a largo plazo?

La mayoría de las personas que intentan contar calorías de una forma más estricta pueden lograr una pérdida de peso al principio. Sin embargo, se ha visto que este enfoque es difícil de mantener a largo plazo. Se vio que el 80-95% de las personas que pierden peso contando calorías recuperan parte o todo el peso en un plazo de 1 a 5 años (2). El motivo no solo es psicológico, sino también fisiológico: el cuerpo entiende la restricción calórica y genera mecanismos que reducen el gasto energético, aumentan la sensación de hambre y promueve la recuperación del peso que se perdió (3).

No todas las calorías son iguales

Uno de los problemas centrales del conteo calórico es que no diferencia entre la calidad de las calorías. Una caloría proveniente de una bebida azucarada no se comporta igual que una de un puñado de nueces. Las calorías provenientes de alimentos ultraprocesados generan menos saciedad, mayor respuesta de insulina y favorecen el sobreconsumo, mientras que las provenientes de alimentos ricos en fibra, proteínas y grasas saludables se digieren más lentamente, aumentan la saciedad y estabilizan la glucosa en sangre (4). Esto se conoce como “calidad calórica”, y tiene un impacto directo en la regulación del apetito y el peso corporal.

La saciedad como brújula

Una estrategia respaldada por evidencia es enfocarse en alimentos que naturalmente generan más saciedad, quiere decir, que ayudan a comer menos comida  sin necesitar de contar todas las calorías. Un estudio uso el concepto de “índice de saciedad” y mostró que alimentos como las papas cocidas, el pescado, la avena y las legumbres generan mucho más "control del apetito" que cierto pan blanco, los cereales azucarados o las galletas (5). Aprender a elegir alimentos más saciantes y comer de una manera consciente puede ser más efectivo que contar calorías en cada comida.

El problema de la subestimación calórica

Incluso si alguien decidiera contar calorías, hacerlo perfecto es prácticamente imposible. Se ha demostrado que las personas por lo general subestiman lo que comen en un promedio de 20 a 30%, principalmente cuando se trata de snacks, salsas, bebidas y porciones grandes (6). Además, las etiquetas nutricionales tienen un margen de error legal de hasta un 20%. Esto hace que el conteo calórico sea una herramienta limitada y que muchas veces genere más frustración que resultados reales.

Alimentación consciente y patrones saludables

En vez de contar calorías, cada vez más nutricionistas y profesionales de la salud recomiendan estrategias que se fijan en el comportamiento alimentario. El enfoque de alimentación consciente (mindful eating) ha logrado beneficios en la reducción de un atracón, la ansiedad alimentaria y el control del peso. Este método invita a comer con atención, escuchando las señales de hambre y saciedad del cuerpo, sin distracciones como pantallas, y prestando atención al sabor, la textura y el disfrute de los alimentos (7).

De la misma manera, otras formas de alimentarse como la dieta mediterránea, DASH o incluso una dieta basada en plantas no ultra-procesadas han demostrado mejorar la salud cardiometabólica sin la obligación de contar calorías (8). Estos enfoques ayudan con agregar frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, frutos secos, grasas saludables y proteínas de calidad, bajándolos de forma natural el exceso calórico sin generar una obsesión por los números.

Claves para comer bien sin contar calorías

Si estás buscando una forma más intuitiva y sostenible en el tiempo para alimentarte, puedes aplicar estas estrategias respaldadas por la ciencia:

  • Prioriza alimentos reales y poco procesados: frutas, verduras, legumbres, huevos, frutos secos, cereales integrales y proteínas magras.

  • Come con atención plena: apaga las pantallas, mastica bien y reconoce cuándo estás satisfecho.

  • No le temas a las grasas saludables: palta, aceite de oliva, pescados grasos y semillas aportan saciedad y beneficios cardiovasculares.

  • Organiza tus comidas: planificar con tiempo y anticipación te ayuda a evitar decisiones impulsivas.

  • Escucha tu cuerpo: reconoce la diferencia entre hambre real y hambre emocional.

Contar calorías: ¿para quién sí, para quién no?

No se trata de demonizar el conteo calórico, sino de darse cuneta de que no es necesario ni sostenible para todas las personas. En algunos casos específicos como en ciertos tratamientos clínicos de obesidad, preparación de atletas de elite o nutrición hospitalaria puede ser una herramienta útil. Pero para la mayoría de las personas que buscan mejorar su alimentación y salud, el enfoque en calidad alimentaria, saciedad, comportamiento nutricional y consistencia a largo plazo es más efectivo y menos estresante.

Mynu y una alimentación sin calorías contadas

En Mynu entendemos que comer bien no se trata de contar cada comida, sino de construir hábitos sostenibles y personalizados. A través de la tecnología de Numy y el análisis de tus preferencias personales, podemos ayudarte a diseñar un plan alimenticio que se adapte a tu estilo de vida, tus preferencias y tus necesidades fisiológicas, sin caer en restricciones innecesarias ni en la obsesión por los números. Comer con conciencia y calidad es posible, y nosotros te ayudamos a lograrlo.

Conclusión

Comer bien no requiere de una calculadora en cada comida. La evidencia respalda que priorizar alimentos reales, ricos en fibra, proteínas y nutrientes, y desarrollar una relación saludable con la comida puede conducir a una mejor salud sin necesidad de contar calorías. En lugar de vivir siempre pendiente de números, podemos aprender a escuchar nuestro cuerpo, entender nuestras emociones y construir hábitos que nos permitan sostener el bienestar en el tiempo.

Referencias

  1. Hall, K. D., & Guo, J. (2017). Obesity Energetics: Body Weight Regulation and the Effects of Diet Composition. Gastroenterology, 152(7), 1718-1727.e3. https://doi.org/10.1053/j.gastro.2017.01.052

  2. Mann, T., Tomiyama, A. J., Westling, E., Lew, A., Samuels, B., & Chatman, J. (2007). Medicare’s search for effective obesity treatments: Diets are not the answer. American Psychologist, 62(3), 220-233. https://doi.org/10.1037/0003-066x.62.3.220

  3. Rosenbaum, M., Leibel, R. Adaptive thermogenesis in humans. Int J Obes 34 (Suppl 1), S47–S55 (2010). https://doi.org/10.1038/ijo.2010.184

  4. Ebbeling, C. B., Swain, J. F., Feldman, H. A., Wong, W. W., Hachey, D. L., Garcia-Lago, E., & Ludwig, D. S. (2012). Effects of Dietary Composition on Energy Expenditure During Weight-Loss Maintenance. JAMA, 307(24). https://doi.org/10.1001/jama.2012.6607

  5. Holt, S. H., Miller, J. C., Petocz, P., & Farmakalidis, E. (1995). A satiety index of common foods. European Journal of Clinical Nutrition, 49(9), 675–690. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/7498104/

  6. Lichtman, S. W., Pisarska, K., Berman, E. R., Pestone, M., Dowling, H., Offenbacher, E., Weisel, H., Heshka, S., Matthews, D. E., & Heymsfield, S. B. (1992). Discrepancy between Self-Reported and Actual Caloric Intake and Exercise in Obese Subjects. New England Journal Of Medicine, 327(27), 1893-1898. https://doi.org/10.1056/nejm199212313272701

  7. Kristeller, J. L., & Wolever, R. Q. (2010). Mindfulness-Based Eating Awareness Training for Treating Binge Eating Disorder: The Conceptual Foundation. Eating Disorders, 19(1), 49-61. https://doi.org/10.1080/10640266.2011.533605

  8. Estruch, R., Ros, E., Salas-Salvadó, J., Covas, M. I., Corella, D., Arós, F., … & Martínez-González, M. A. (2013). Primary prevention of cardiovascular disease with a Mediterranean diet. New England Journal of Medicine, 368(14), 1279–1290. https://doi.org/10.1056/NEJMoa1200303

 


¿Necesitas Realmente un Multivitamínico? Elige Bien

En un mercado lleno de suplementos, el multivitamínico sigue siendo uno de los productos más populares y vendidos en el mundo. Es un suplemento que se promociona como una solución fácil para llenar vacíos nutricionales, mejorar la energía, fortalecer el sistema inmune y prevenir enfermedades. Pero, ¿realmente es necesario tomar uno? ¿Qué dice la evidencia científica sobre que tan utiles y seguros son? En este blog te explicamos en qué casos pueden ser útiles, cuándo no lo son y cómo elegir uno de buena calidad si eliges incorporarlo.

hombre no sabe que Multivitamínico usar ¿Qué es un multivitamínico?

Un multivitamínico es un suplemento que contiene una combinación de vitaminas y minerales, y a veces otros compuestos como antioxidantes, extractos vegetales o aminoácidos. La fórmula varía mucho entre marcas, y no existe una definición específica de qué debe contener. Generalmente incluyen entre 10 y 30 micronutrientes, como vitaminas A, C, D, E, K y del grupo B, además de minerales como calcio, zinc, hierro, magnesio y selenio (1).

¿Quiénes pueden beneficiarse de un multivitamínico?

Se sugiere que ciertas poblaciones específicas pueden beneficiarse del uso de multivitamínicos, principalmente cuando hay riesgo de deficiencias. Algunos ejemplos incluyen:

  • Personas con dietas muy restrictivas (como por ejemplo veganismo mal planificado o seguir dietas muy hipocalóricas prolongadas)
  • Adultos mayores, ya que suelen tener menor absorción de nutrientes o alimentación deficiente

  • Mujeres embarazadas o en período de lactancia (aunque requieren fórmulas específicas sin vitamina A por ejemplo)

  • Personas con problemas de absorción intestinal (como celiaquía o enfermedad de Crohn)

  • Individuos con consumo excesivo de alcohol o fumadores (por mayor estrés oxidativo y pérdida de nutrientes)

  • Personas con deficiencias comprobadas por exámenes clínicos (2)

En estos casos, un multivitamínico puede ser una herramienta útil para complementar la dieta, aunque idealmente debe ser parte de un plan supervisado por un profesional de la salud.

¿Qué dice la evidencia en población general?

Para la población sana y con una alimentación equilibrada, los estudios son claros: los multivitamínicos no ofrecen beneficios significativos en la prevención de enfermedades crónicas como enfermedades cardiovasculares, cáncer o deterioro cognitivo. Se ha concluido en varios estudios que “no hay evidencia suficiente para recomendar el uso diario de suplementos multivitamínicos en adultos sanos” (3).

Asimismo, un metaanálisis de más de 20 estudios encontró que los multivitamínicos no reducen el riesgo de mortalidad por ninguna causa ni tienen efecto protector significativo frente a enfermedades comunes cuando se comparan con una dieta equilibrada (4).

¿Pueden hacer daño?

Aunque muchas personas asumen que “por si acaso” no podría hacer daño, lo cierto es que algunos multivitamínicos pueden contener dosis excesivas o desequilibradas de ciertos nutrientes, lo que conlleva riesgos. Por ejemplo:

  • Exceso de vitamina A (en forma de retinol) puede ser hepatotóxico y aumentar el riesgo de fracturas óseas

  • Altas dosis de vitamina E y beta-carotenos se han asociado a mayor riesgo de cáncer de pulmón en fumadores

  • Exceso de hierro puede provocar daño oxidativo si no hay deficiencia (5)

Además, los suplementos pueden interactuar con medicamentos (como anticoagulantes o fármacos tiroideos), por lo que hay que saber si no interactúan en nuestro día a día. Siempre es recomendable consultar con un profesional antes de iniciar su consumo.

Cómo saber si necesitas un multivitamínico

En lugar de tomar un suplemento genérico por precaución, lo más recomendable es evaluar si realmente existe un déficit. Para eso, es útil:

  • Revisar tu patrón alimentario habitual: ¿comes frutas, verduras, proteínas variadas y alimentos integrales?

  • Analizar factores de riesgo: ¿tienes alguna condición de salud que interfiera con la absorción?

  • Considerar tu estilo de vida: ¿tienes mucho estrés, fumas, bebes alcohol o entrenas muy seguido e intenso?

  • Realizar exámenes de sangre periódicamente: niveles de vitamina D, B12, hierro, zinc y otros marcadores pueden ayudar a mostrar posibles deficiencias (6)

En caso de necesitar suplementación, a veces es mejor elegir un suplemento específico en lugar de un multivitamínico general.

Claves para elegir un buen multivitamínico

Si eliges usar un multivitamínico, es importante saber elegir uno que sea seguro y útil. Aquí van algunas recomendaciones prácticas:

  • Busca productos que aporten nutrientes en dosis que se acerquen al 100% del valor diario recomendado (no megadosis)

  • Prefiere aquellos que incluyan formas activas o biodisponibles ( cómo metilfolato en vez de ácido fólico)

  • Evita fórmulas con hierro si no tienes deficiencia diagnosticada

  • Desconfía de los que prometen “más energía” o “efectos milagrosos”

  • Revisa si está certificado por laboratorios externos.

Y, lo más importante, recuerda que un multivitamínico no reemplaza una buena alimentación. Siempre será mejor obtener nutrientes desde la comida real, donde interactúan con otros compuestos bioactivos de manera sinérgica.

Conclusión

Los multivitamínicos pueden tener un funcionamiento útil en contextos específicos, pero no son una solución mágica para mejorar la salud ni para compensar una mala dieta. En personas sanas, con una alimentación variada, su uso rutinario no ha demostrado beneficios concretos y puede incluso presentar riesgos si se consumen sin criterio. Evaluar tu estado nutricional, tus hábitos y necesidades reales es el primer paso antes de decidir si necesitas uno. Y si lo haces, que sea con información y acompañamiento profesional.

Referencias

  1. Troesch, B., Hoeft, B., McBurney, M., Eggersdorfer, M., & Weber, P. (2012). Dietary surveys indicate vitamin intakes below recommendations are common in representative Western countries. British Journal Of Nutrition, 108(4), 692-698. https://doi.org/10.1017/s0007114512001808

  2. Ames, B. N. (2006). Low micronutrient intake may accelerate the degenerative diseases of aging through allocation of scarce micronutrients by triage. Proceedings Of The National Academy Of Sciences, 103(47), 17589-17594. https://doi.org/10.1073/pnas.0608757103

  3. Manson, J. E., & Bassuk, S. S. (2018). Vitamin and Mineral Supplements. JAMA, 319(9), 859. https://doi.org/10.1001/jama.2017.21012

  4. Jenkins, D. J., Spence, J. D., Giovannucci, E. L., Kim, Y., Josse, R., Vieth, R., Mejia, S. B., Viguiliouk, E., Nishi, S., Sahye-Pudaruth, S., Paquette, M., Patel, D., Mitchell, S., Kavanagh, M., Tsirakis, T., Bachiri, L., Maran, A., Umatheva, N., McKay, T., Sievenpiper, J. L. (2018). Supplemental Vitamins and Minerals for CVD Prevention and Treatment. Journal Of The American College Of Cardiology, 71(22), 2570-2584. https://doi.org/10.1016/j.jacc.2018.04.020

  5. Bjelakovic, G., Nikolova, D., Gluud, L. L., Simonetti, R. G., & Gluud, C. (2007). Mortality in Randomized Trials of Antioxidant Supplements for Primary and Secondary Prevention. JAMA, 297(8), 842. https://doi.org/10.1001/jama.297.8.842

  6. Wardenaar, F. C., Ceelen, I. J., Van Dijk, J., Hangelbroek, R. W., Van Roy, L., Van Der Pouw, B., De Vries, J. H., Mensink, M., & Witkamp, R. F. (2016). Nutritional Supplement Use by Dutch Elite and Sub-Elite Athletes: Does Receiving Dietary Counseling Make a Difference? International Journal Of Sport Nutrition And Exercise Metabolism, 27(1), 32-42. https://doi.org/10.1123/ijsnem.2016-0157

 


Intolerancia a la Lactosa: Qué Comer y Qué Evitar

Cada vez más personas se sienten mal después de tomar leche o productos lácteos, y no es solamente una moda. La intolerancia a la lactosa es una condición real, con base genética y fisiológica, que puede afectar tanto la digestión como la calidad de vida. Entender por qué ocurre, cómo identificarla y qué cambios hacer en la alimentación es básico para quienes buscan un alivio sin dejar de lado su nutrición. En este blog, te explicamos todo lo que necesitas saber para manejarla de forma práctica y saludable.

La intolerancia a la lactosa es una condición digestiva muy común que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se genera cuando el cuerpo no puede digerir bien la lactosa, un tipo de azúcar que se encuentra principalmente en la leche y sus derivados. Este problema puede provocar síntomas como hinchazón, gases, diarrea y malestar abdominal después de consumir productos lácteos (1).

Para algunas personas la intolerancia es leve y solo necesita pequeñas adaptaciones, para otras puede ser una molestia constante que interfiere con su calidad de vida. Por eso, es fundamental entender qué alimentos evitar, cuáles se pueden consumir y cómo adaptar la dieta de manera saludable sin sacrificar el bienestar nutricional.

¿Qué causa la intolerancia a la lactosa?

La intolerancia a la lactosa se genera cuando hay una deficiencia de lactasa, la enzima que se encarga de descomponer la lactosa en el intestino delgado. Esta deficiencia puede ser primaria (hereditaria), secundaria (por daño intestinal) o congénita (presente desde el nacimiento). En la mayoría de los casos, se trata de una condición adquirida que aparece con la edad, a medida que va disminuyendo la producción de lactasa (2).

Una mirada desde la genética

Desde un Enfoque genético, se ha identificado una variante en el gen MCM6, ubicada cerca del gen LCT, que regula su expresión. La presencia de ciertas variantes (como tener el alelo C) está asociada con una menor actividad de la lactasa en la adultez, lo que favorece la aparición de la intolerancia a la lactosa en adultos. Este descubrimiento, ha sido clave para entender por qué algunas personas pueden consumir leche toda la vida sin problemas, mientras que otras no toleran ni un poco (3).

Síntomas más comunes en la Intolerancia a la lactosa

Cuando una persona intolerante consume lactosa, esta pasa sin digerir al colon, donde es fermentada por bacterias, generando síntomas molestos:

  • Distensión abdominal

  • Gases excesivos

  • Diarrea o heces pastosas

  • Náuseas o calambres intestinales

  • En casos más severos, vómitos o dolor abdominal intenso

La intensidad de los síntomas puede variar dependiendo de la cantidad de lactosa ingerida y del grado de intolerancia (4).

¿Qué alimentos evitar?

Para quienes tienen intolerancia a la lactosa, es importante identificar los productos que contienen este azúcar para evitar los síntomas. Los principales alimentos a limitar o eliminar incluyen:

  • Leche de vaca, cabra u oveja

  • Quesos frescos como ricotta, quesillo

  • Yogur tradicional (aunque algunas personas lo toleran)

  • Crema de leche

  • Helados elaborados con leche entera

  • Mantequilla (en casos severos)

Además, la lactosa se puede encontrar de forma oculta en productos procesados como embutidos, pan de molde, sopas instantáneas, cereales, salsas y algunos medicamentos (5).

Opciones que sí se pueden consumir personas con Intolerancia a la lactosa

intolerancia a la lactosa

Afortunadamente, vivir con intolerancia a la lactosa no significa que uno deba renunciar completamente a los lácteos y tampoco a una alimentación rica en nutrientes. Hoy existen muchas alternativas:

  1.  Leche sin lactosa (que ya viene con la enzima lactasa añadida)
  2. Leche vegetal: de almendras, avena, arroz, coco o soya
  3. Yogures deslactosados o vegetales
  4. Quesos maduros: como el parmesano, cheddar, que contienen muy poca lactosa
  5. Mantequilla clarificada
  6. Suplementos de lactasa (enzima en pastillas que se toma antes de consumir lácteos)

Estas opciones permiten mantener una dieta equilibrada, incluyendo fuentes de calcio, vitamina D y proteínas (6).

Cuidado con las deficiencias nutricionales

Al eliminar los lácteos sin una buena y adecuada planificación, se puede comprometer la ingesta de nutrientes esenciales, especialmente el calcio. Es importante buscar las alternativas que permitan mantener una buena salud ósea y general. Algunas buenas fuentes de calcio libre de lactosa pero con menos calcio por lo general son:

  • Hortalizas de hoja verde (espinaca, kale)

  • Almendras y semillas de chía

  • Tofu enriquecido

  • Bebidas vegetales fortificadas con calcio

  • Sardinas y salmón enlatado (con espinas)

  • Suplementos de calcio si es necesario, indicados por un profesional (7)

¿Es necesario un diagnóstico formal?

Muchas personas se autodiagnostican su intolerancia y eliminan los lácteos sin confirmación. Lo ideal es realizar un test de hidrógeno espirado o una prueba genética si se sospecha de una intolerancia. Esto nos permite confirmar el diagnóstico y evitar restricciones alimentarias que sean innecesarias. Con el test genético Mynu, puedes descubrir si tienes intolerancia a la lactosa primaria, a través del gen MCM6.

También es importante diferenciar entre intolerancia a la lactosa no es lo mismo a la alergia a la proteína de la leche. Esta se observa principalmente en lactantes e implica una respuesta del sistema inmune, lo que puede tener consecuencias más graves (8).

Mynu y tu alimentación sin lactosa

En Mynu entendemos que cada cuerpo es distinto. Gracias a la inteligencia artificial de Numy y el análisis genético pudes conocer si tienes intolerancia a la lactosa primaria. Además, podemos ayudarte a diseñar un plan alimenticio que se adapte a tu nivel de tolerancia a la lactosa, tus preferencias y necesidades nutricionales. Evitar la lactosa no tiene por qué ser sinónimo de comer aburrido ni de poner en riesgo tu nutrición. Con el enfoque personalizado de Mynu, puedes mantener una dieta equilibrada, deliciosa y sin molestias digestivas.

Conclusión

La intolerancia a la lactosa es una condición muy común y manejable. Entender sus causas, saber cómo identificarla y adaptar tu alimentación te permitirá evitar molestias y mantener un estado nutricional óptimo. Con apoyo profesional y herramientas como Mynu, vivir sin lactosa puede ser más fácil, más rico y saludable de lo que crees.

Referencias

  1. Misselwitz, B., Butter, M., Verbeke, K., & Fox, M. (2019). Update on lactose malabsorption and intolerance: pathogenesis, diagnosis and clinical management. Gut, 68(11), 2080–2091. https://doi.org/10.1136/gutjnl-2019-318404
  2. Swallow, D. M. (2003). Genetics of lactase persistence and lactose intolerance. Annual Review of Genetics, 37(1), 197–219. https://doi.org/10.1146/annurev.genet.37.110801.143820

  3. Enattah, N. S., Sahi, T., Savilahti, E., Terwilliger, J. D., Peltonen, L., & Järvelä, I. (2002). Identification of a variant associated with adult-type hypolactasia. Nature Genetics, 30(2), 233–237. https://doi.org/10.1038/ng826

  4. Shaukat, A., Levitt, M. D., Taylor, B. C., MacDonald, R., Shamliyan, T. A., Kane, R. L., & Wilt, T. J. (2010). Systematic review: effective management strategies for lactose intolerance. Annals of Internal Medicine, 152(12), 797–803. https://doi.org/10.7326/0003-4819-152-12-201006150-00241

  5. Lomer, M. C., Parkes, G. C., & Sanderson, J. D. (2008). Review article: lactose intolerance in clinical practice – myths and realities. Alimentary Pharmacology & Therapeutics, 27(2), 93–103. https://doi.org/10.1111/j.1365-2036.2007.03557.x

  6. Suchy, F. J. (2010). National Institutes of Health Consensus Development Conference: Lactose Intolerance and Health. Annals Of Internal Medicine, 152(12), 792. https://doi.org/10.7326/0003-4819-152-12-201006150-00248

  7. Ratajczak, A. E., Zawada, A., Rychter, A. M., Dobrowolska, A., & Krela-Kaźmierczak, I. (2021). Milk and Dairy Products: Good or Bad for Human Bone? Practical Dietary Recommendations for the Prevention and Management of Osteoporosis. Nutrients, 13(4), 1329. https://doi.org/10.3390/nu13041329

  8. Sicherer, S. H., & Sampson, H. A. (2014). Food allergy: Epidemiology, pathogenesis, diagnosis, and treatment. Journal of Allergy and Clinical Immunology, 133(2), 291–307. https://doi.org/10.1016/j.jaci.2013.11.020


desayuno

¿Saltarse el Desayuno Engorda? Lo que Dice la Ciencia

Que el desayuno es la comida más importante del día ha sido una idea repetida por generaciones. Muchas guías nutricionales dicen que saltarse esta comida puede llevar a aumentar de peso, menor concentración y un peor rendimiento físico. Sin embargo, en los últimos años, varios estudios cuestionan que sean verdad estas afirmaciones, haciendo que nazca la pregunta: ¿Saltarse el desayuno realmente engorda? En este blog analizaremos lo que dice la ciencia, cómo influye el desayuno en el metabolismo, la saciedad y el control de peso, y si es tan fundamental como tanta gente afirma.

El Origen del Mito del Desayuno

La creencia de que el desayuno es fundamental se hizo popular por estudios observacionales en los años 60 y 70, estos estudios mostraban que las personas que desayunaban casi todos los días tendían a tener un índice de masa corporal (IMC) más bajo que las personas que se lo saltaban. Sin embargo, estos estudios no diferenciaban entre correlación y causalidad. Es decir, no quedaba claro si saltarse el desayuno generaba ese aumento de peso, o si las personas con ciertos estilos de vida (como una dieta desordenada, fumar o dormir poco) son los que tendían a omitir el desayuno (1).

Metabolismo y Ritmo Circadiano: ¿Afecta saltarse el desayuno?

Se dice que comer en las primeras horas del día podría mejorar la sensibilidad a la insulina, la tolerancia a la glucosa y el gasto energético, debido al alineamiento con el ritmo circadiano. No obstante, los efectos del desayuno sobre cada metabolismo no son universales. En algunos estudios, personas que se saltaron el desayuno no mostraron diferencias significativas en su tasa metabólica total comparadas con quienes sí lo tomaron (2). Pero si se ha visto que lo relevante no es desayunar o no, sino la distribución calórica total del día y la calidad de la dieta.

Saltarse el Desayuno y Control de peso

Un metaanálisis encontró que las personas que desayunaban tendían a consumir más calorías a lo largo del día que quienes no lo hacían, y que no había evidencia concluyente de que desayunar ayudara a perder peso. De hecho, en algunos casos, el desayuno aumentaba el consumo energético diario (3). Esto no quiere decir que saltarse el desayuno sea mejor, sino que los resultados y su magnitud puede variar dependiendo del contexto general de la alimentación.

Hambre y Saciedad a lo Largo del Día

Uno de los argumentos más frecuentes para desayunar es evitar hambre muy intensa en la tarde, lo cual podría llevar a comer en exceso. Algunos estudios muestran que incluir un desayuno con proteínas y fibra puede ayudar a controlar el apetito, pero si el desayuno es pobre en nutrientes (como cereales con azúcar o pan blanco con un acompañamiento dulce), su efecto sobre la saciedad puede ser muy bajo. Por esto, más que desayunar sí o no, lo importante es la calidad nutricional de lo que se come (4).

¿Qué Tipo de Desayuno Puede Ayudarte Más?

No todos los desayunos son iguales. Si eliges desayunar, algunas combinaciones pueden ayudarte más que otras a mantenerte satisfecho por más tiempo y mantener mejores niveles de glicemia, triglicéridos y colesterol entre otros en tu sangre:

  • Avena con frutos secos y semillas
  • Yogur natural con frutas y chía

  • Huevos revueltos con palta y pan integral

  • Smoothie con Proteína y espinaca

  • Pan integral con mantequilla de maní y plátano

Estas opciones entregan fibra, grasas saludables y proteína, nutrientes clave para controlar el hambre durante el día.

Desayuno y Rendimiento Cognitivo

En niños y adolescentes, se ha observado que el desayuno puede mejorar el rendimiento cognitivo y la atención en clases. Pero en adultos, los efectos son menos claros. Una revisión sistemática concluyó que el desayuno podría beneficiar tareas cognitivas en personas desnutridas o con mala alimentación, pero no necesariamente en adultos sanos con una dieta equilibrada (5). En este sentido, lo que pasa y su impacto parece depender más del contexto nutricional general que del hábito de desayunar de por sí.

¿Y el Ayuno Intermitente?

La popularidad del ayuno intermitente ha cuestionado la necesidad de desayunar. Muchas personas que siguen protocolos como 16:8 simplemente sacan el desayuno y dicen tener beneficios en el Control de peso, apetito y energía. Estudios muestran que este patrón puede ser tan efectivo como una dieta convencional siempre que se mantenga un balance energético negativo (6). En este contexto, saltarse el desayuno no tiene efectos negativos si el resto de la dieta está bien estructurada.

Mynu y una Alimentación Personalizada

En Mynu entendemos que no existe una única forma correcta de comer. Algunas personas se sienten mejor desayunando temprano, mientras que otras prefieren esperar hasta las 12 o seguir un protocolo de ayuno. Nuestra inteligencia artificial, Numy, analiza tus hábitos, genética y objetivos para diseñar un plan alimenticio que se adapte a ti. Ya sea que desayunes o no, lo importante es que tu alimentación sea equilibrada, sostenible y realista para tu estilo de vida.

Conclusión

Saltarse el desayuno no engorda de por sí. Lo que de verdad influye en el peso y la salud es la calidad de la dieta total, el balance energético, la distribución de nutrientes y los hábitos generales. El desayuno puede ser una herramienta útil para algunas personas, pero no es imprescindible para todos. La mejor opción será siempre la que puedas mantener a largo plazo y que se ajuste de la mejor manera a tus necesidades individuales.

Referencias

  1. Betts, J. A., Richardson, J. D., Chowdhury, E. A., Holman, G. D., Tsintzas, K., & Thompson, D. (2014). The causal role of breakfast in energy balance and health: a randomized controlled trial in lean adults. American Journal Of Clinical Nutrition, 100(2), 539-547. https://doi.org/10.3945/ajcn.114.083402
  2. Kobayashi, F., Ogata, H., Omi, N., Nagasaka, S., Yamaguchi, S., Hibi, M., & Tokuyama, K. (2013). Effect of breakfast skipping on diurnal variation of energy metabolism and blood glucose. Obesity Research & Clinical Practice, 8(3), e249-e257. https://doi.org/10.1016/j.orcp.2013.01.001

  3. Sievert, K., Hussain, S. M., Page, M. J., Wang, Y., Hughes, H. J., Malek, M., & Cicuttini, F. M. (2019). Effect of breakfast on weight and energy intake: systematic review and meta-analysis of randomised controlled trials. BMJ, l42. https://doi.org/10.1136/bmj.l42

  4. Leidy, H. J., Ortinau, L. C., Douglas, S. M., & Hoertel, H. A. (2013). Beneficial effects of a higher-protein breakfast on the appetitive, hormonal, and neural signals controlling energy intake regulation in overweight/obese, “breakfast-skipping,” late-adolescent girls. American Journal Of Clinical Nutrition, 97(4), 677-688. https://doi.org/10.3945/ajcn.112.053116

  5. Hoyland, A., Dye, L., & Lawton, C. L. (2009). A systematic review of the effect of breakfast on the cognitive performance of children and adolescents. Nutrition Research Reviews, 22(2), 220-243. https://doi.org/10.1017/s0954422409990175

  6. Vasim, I., Majeed, C. N., & DeBoer, M. D. (2022). Intermittent Fasting and Metabolic Health. Nutrients, 14(3), 631. https://doi.org/10.3390/nu14030631


Consumir Colágeno: ¿Sirve para la Piel y las Articulaciones?

El colágeno se ha convertido en uno de los suplementos más populares entre quienes buscan mejorar como se ve su piel, fortalecer las articulaciones y combatir signos del envejecimiento. Se encuentra en polvos, cápsulas y hasta en barritas y polvos proteicos, y muchas personas lo consumen diariamente sin saber exactamente cómo funciona o si realmente tiene efectos comprobados. Pero, ¿qué tan cierto es que el colágeno puede ayudarte? En este blog, revisaremos qué es el colágeno, cómo se relaciona con la nutrición y qué dice la ciencia sobre su efectividad en la salud de la piel y las articulaciones.

Colágeno¿Qué es el colágeno y por qué es tan popular?

El colágeno es la proteína estructural que se encuentra en más cantidad en el cuerpo humano. Está presente en la piel, los tendones, los ligamentos, los huesos y los cartílagos. Su función principal es otorgar estructura, firmeza y elasticidad a los tejidos, actuando como una especie de “pegamento” que los mantiene unidos (1).

Con el paso de los años, especialmente desde los 25-30 años, la producción natural de colágeno comienza a disminuir. Esto se puede ver como arrugas, flacidez y pérdida de elasticidad en la piel, así como dolores articulares o menor flexibilidad. Por esta razón, los suplementos de colágeno han ganado gran popularidad como una posible estrategia para “rejuvenecer” desde dentro.

¿Sirve realmente el colágeno que comemos o suplementamos?

Una duda frecuente es si al consumir colágeno ya sea en forma de polvo, cápsulas o bebidas este llega realmente a la piel o a las articulaciones. La respuesta es más difícil de lo que parece.

Cuando ingerimos esta proteína, esta se descompone en péptidos y aminoácidos durante la digestión. Sin embargo, estudios defienden que algunos de estos péptidos específicos pueden llegar al torrente sanguíneo y estimular la producción de colágeno en la piel y el cartílago, especialmente si se trata de colágeno hidrolizado (2).

Colágeno para La piel: ¿qué dice la evidencia?

La evidencia científica sobre el colágeno apunta a que pueden haber posibles beneficios en la piel. Una revisión sistemática de 11 estudios clínicos controlados encontró que la suplementación con colágeno hidrolizado durante 4 a 12 semanas mejoró la elasticidad, la hidratación y la densidad de la piel en mujeres sanas (3).

Estos efectos positivos pueden estar relacionados con la capacidad de ciertos péptidos de colágeno para activar fibroblastos las células que producen colágeno y elastina y así mejorar la firmeza de la piel.

¿Y qué pasa con las articulaciones?

También se ha investigado el uso de colágeno en la salud articular, especialmente en personas con molestias o desgaste articular por ejercicio o envejecimiento. Se ha observado que algunos suplementos de colágeno tipo II no desnaturalizado podría ser que ayuden a reducir el dolor en personas con osteoartritis o molestias articulares relacionadas con el deporte (4).

Sin embargo, la magnitud del beneficio puede variar. En deportistas, la suplementación con colágeno hidrolizado acompañada de vitamina C ha mostrado una cierta mejora en la recuperación del cartílago y la reducción del dolor tras el ejercicio (5).

¿Qué tipo de colágeno es mejor?

Existen distintos tipos de colágeno, pero los más conocidos en suplementación son:

  • Tipo I: Principal en la piel, huesos y tendones.
  • Tipo II: Predomina en cartílago.
  • Tipo III: Se encuentra en tejidos elásticos como piel y vasos sanguíneos.

La mayoría de los suplementos usan colágeno tipo I o una mezcla hidrolizada, que ha sido fragmentada en péptidos más pequeños para mejorar su absorción. También existen productos con colágeno tipo II no desnaturalizado para uso articular.

La biodisponibilidad, es decir, la capacidad de ser absorbido y utilizado por el cuerpo, depende de la forma en que el colágeno ha sido procesado. El colágeno hidrolizado tiene más estudios donde se podrían ver mejoras gracias a su absorción y eficacia (6).

¿Qué alimentos ayudan a estimular el colágeno?

Además de los suplementos, una alimentación equilibrada también puede favorecer la síntesis natural de colágeno. Algunos nutrientes clave son:

  • Vitamina C: Participa en la formación de colágeno (presente en cítricos, kiwi, frutos rojos, pimentones).
  • Zinc y cobre: Minerales esenciales para la estabilidad del colágeno.
  • Aminoácidos: Como la glicina, prolina y lisina, presentes en carnes magras, huevo, gelatina, caldo de huesos.

Llevar una dieta rica en estos nutrientes podría ayudar a mantener la producción endógena de colágeno, sin la necesidad de suplementación en todos los casos.

¿Existen riesgos o efectos secundarios?

El colágeno es seguro para la mayoría de las personas, y los estudios clínicos han reportado muy pocos efectos adversos. En algunos casos, pueden aparecer síntomas gastrointestinales leves o que el sabor sea desagradable. Es importante elegir suplementos de calidad y, si se tiene alguna alergia alimentaria (por ejemplo, al pescado o a la carne de cerdo), revisar el origen del colágeno (7).

¿Es para todos?

Si bien la suplementación con colágeno podría ofrecer beneficios en la piel y alivio en articulaciones, no es una necesidad para todos. Personas con una dieta rica en proteínas, frutas, verduras y micronutrientes probablemente tengan un buen nivel de producción de colágeno natural.

La suplementación puede considerarse como parte de una estrategia de autocuidado, pero no reemplaza una alimentación equilibrada ni hábitos de vida saludables como el ejercicio, el no fumar y una buena hidratación.

Mynu y tu cuidado desde adentro

En Mynu entendemos que la salud de tu piel y articulaciones también comienza con lo que comes. Nuestra inteligencia artificial, Numy, puede ayudarte a estructurar una alimentación que contenga los nutrientes necesarios para apoyar la producción natural de colágeno. Además, adaptamos las recomendaciones a tu perfil genético, necesidades específicas y preferencias personales. Así, no solo evitas deficiencias, sino que promueves una salud integral desde dentro hacia fuera.

Conclusión

El colágeno es más que una moda por el momento; existe evidencia que respalda su uso para mejorar la salud de la piel y las articulaciones, especialmente en su forma hidrolizada y cuando se acompaña de una dieta balanceada. Sin embargo, no es una solución mágica ni garantiza resultados en el 100% de los casos, ya que aún persisten dudas sobre los mecanismos reales detrás de sus efectos. Además, no es un suplemento que sea necesario para todas las personas. Priorizar una alimentación completa, junto con el apoyo de herramientas como Mynu, sigue siendo la mejor estrategia para cuidar tu cuerpo a largo plazo.

Referencias

  1. Sorushanova, A., Delgado, L. M., Wu, Z., Shologu, N., Kshirsagar, A., Raghunath, R., Mullen, A. M., Bayon, Y., Pandit, A., Raghunath, M., & Zeugolis, D. I. (2018). The Collagen Suprafamily: From Biosynthesis to Advanced Biomaterial Development. Advanced Materials.https://doi.org/10.1002/adma.201801651
  2. Zague, V., De Freitas, V., Da Costa Rosa, M., De Castro, G. Á., Jaeger, R. G., & Machado-Santelli, G. M. (2011). Collagen Hydrolysate Intake Increases Skin Collagen Expression and Suppresses Matrix Metalloproteinase 2 Activity. Journal Of Medicinal Food, 14(6), 618-624.https://doi.org/10.1089/jmf.2010.0085

  3. Choi, S. Y., Ko, E. J., Lee, Y. H., Kim, B. G., Shin, H. J., Seo, D. B., Lee, S. J., Kim, B. J., & Kim, M. N. (2013). Effects of collagen tripeptide supplement on skin properties: A prospective, randomized, controlled study. Journal Of Cosmetic And Laser Therapy, 16(3), 132-137. https://doi.org/10.3109/14764172.2013.854119

  4. Lugo, J. P., Saiyed, Z. M., & Lane, N. E. (2015). Efficacy and tolerability of an undenatured type II collagen supplement in modulating knee osteoarthritis symptoms: a multicenter randomized, double-blind, placebo-controlled study. Nutrition Journal, 15(1). https://doi.org/10.1186/s12937-016-0130-8

  5. Shaw, G., Lee-Barthel, A., Ross, M. L., Wang, B., & Baar, K. (2016). Vitamin C–enriched gelatin supplementation before intermittent activity augments collagen synthesis. American Journal Of Clinical Nutrition, 105(1), 136-143. https://doi.org/10.3945/ajcn.116.138594

  6. Zdzieblik, D., Oesser, S., Baumstark, M. W., Gollhofer, A., & König, D. (2015). Collagen peptide supplementation in combination with resistance training improves body composition and increases muscle strength in elderly sarcopenic men: a randomised controlled trial. British Journal Of Nutrition, 114(8), 1237-1245. https://doi.org/10.1017/s0007114515002810

  7. Bello, A. E., & Oesser, S. (2006). Collagen hydrolysate for the treatment of osteoarthritis and other joint disorders:a review of the literature. Current Medical Research And Opinion, 22(11), 2221-2232. https://doi.org/10.1185/030079906x148373


Alimentación y los Turnos Nocturnos: Cómo Mantener un Equilibrio

Trabajar de noche no solo cambia tus horarios de sueño, también afecta tu metabolismo, tus hormonas y tus decisiones alimentarias. En Chile y muchos otros países, los turnos nocturnos son una realidad para trabajadores de la salud, seguridad, transporte, entre otros. Pero, ¿cómo se puede mantener una Alimentación saludable y un equilibrio corporal cuando el reloj biológico está alterado? Aquí exploramos lo que dice la ciencia y entregamos consejos prácticos basados en evidencia.turnos nocturnos

El impacto del trabajo nocturno en el metabolismo

El cuerpo humano tiene un ritmo circadiano que regula las funciones como la temperatura corporal, secreción hormonal, digestión y metabolismo. Estos ritmos están asociados con la luz solar. Cuando una persona trabaja con turnos nocturnos y duerme durante el día, esta sincronización se pierde, generando lo que se conoce como cronodisrupción. Esta alteración se ha asociado a un mayor riesgo de enfermedades metabólicas como obesidad, resistencia a la insulina, síndrome metabólico e incluso ciertos tipos de cáncer (1).

Una investigación chilena, comparó los efectos metabólicos de la alimentación temprana versus tardía en personas. La revisión concluye que comer más temprano (al inicio del ciclo activo, ósea al principio del día) se asocia con mejores marcadores metabólicos que comer tarde. Esto implica que los turnos nocturnos (cuando las comidas suelen concentrarse en la noche) representan un desafío importante (2).

Hormonas, apetito y elección de alimentos

Durante la noche, la secreción de melatonina aumenta, y las hormonas que regulan el apetito, como la leptina (que reduce el hambre) y la grelina (que lo aumenta), se ven alteradas. Estas modificaciones en las hormonas pueden llevar a que se prefieran más alimentos altos en grasas y azúcares, especialmente durante la noche, cuando la fuerza de voluntad suele ser más baja y el cuerpo busca fuentes rápidas de energía (3).

Se ha visto que este patrón no es solo cultural o de hábito: hay una base biológica que impulsa elecciones alimentarias menos saludables durante los turnos nocturnos. Además, quienes trabajan en turnos suelen tener horarios de comidas irregulares, lo que complica aún más el impacto sobre el metabolismo y el control de peso (4).

Lo que dicen los estudios en Chile

En un análisis reciente se observó que los trabajadores por turnos que ingerían la mayoría de sus calorías durante la noche presentaban un mayor índice de masa corporal (IMC), mayor circunferencia de cintura y una tendencia al aumento de insulina basal en ayuno. Esto demuestra que no solo importa qué comemos, sino también cuándo lo hacemos (5).

Otro hallazgo importante es que comer en horarios nocturnos interfiere con la sensibilidad a la insulina, lo cual puede contribuir al desarrollo de resistencia a la insulina y eventualmente diabetes tipo 2. Este problema podría pasar incluso con una dieta aparentemente balanceada si los tiempos de comida están desalineados con el ritmo circadiano (6).

Consejos para mejorar la alimentación en turnos nocturnos

Aunque pueda sonar muy desafiante, hay estrategias que pueden bajar los efectos negativos del trabajo nocturno en la alimentación y la salud:

  • Evitar las comidas muy grandes y muy grasosas durante la noche. Prefiere preparaciones livianas, bajas en grasa y ricas en fibra, que no sobrecarguen el sistema digestivo.
  • Mantener horarios de comida relativamente regulares, incluso si se trabaja de noche. Esto ayuda a establecer cierta rutina metabólica.
  • Idealmente, la comida principal del día debería ser antes del turno nocturno (tipo 19:00 hrs). Durante el turno, consumir snacks balanceados como yogur, frutos secos, frutas o un sándwich con verduras y de pan integral.
  • Hidratarse adecuadamente, ya que durante la noche se suele beber más café o bebidas energéticas, pero menos agua. Esto puede contribuir a una fatiga y al estreñimiento.
  • Evitar comer justo antes de dormir, ya que eso afecta tanto la calidad del sueño como la digestión.

El papel de Mynu en este desafío de los Turnos Nocturnos

Aquí es donde Mynu puede marcar una diferencia. A través del análisis de tu perfil genético, tus objetivos y tus horarios reales de trabajo y descanso, la IA de Mynu Numy puede ayudarte a ordenar tu alimentación de manera práctica, realista y sostenible. En vez de seguir una dieta genérica, puedes adaptar tus tiempos de comida y tipos de alimentos a tu propio ritmo de vida y biología.

Además, Numy te entrega ideas de snacks, tiempos ideales para tus comidas y recomendaciones específicas para que no caigas en la tentación de comer lo primero que encuentres en una máquina expendedora a las 3 AM. Alimentarte bien en turnos nocturnos es difícil, pero no imposible, y con la guía adecuada es mucho más manejable.

Conclusión

Trabajar de noche es un desafío real para mantener hábitos saludables. Sin embargo, entender cómo afecta tu cuerpo y aplicar estrategias basadas en evidencia puede marcar una gran diferencia. Evitar comidas muy grandes durante la noche, elegir alimentos frescos y ricos en nutrientes, y mantener horarios relativamente estables son pasos clave para mantener un metabolismo saludable.

Con herramientas como Mynu, además, puedes adaptar tu alimentación a tus condiciones específicas y mantener un equilibrio a pesar de los desafíos que imponen los turnos. Porque cuidar tu salud no tiene que estar limitado por tus horarios.

Referencias

  1. Arble, D. M., Bass, J., Laposky, A. D., Vitaterna, M. H., & Turek, F. W. (2009). Circadian Timing of Food Intake Contributes to Weight Gain. Obesity, 17(11), 2100-2102. https://doi.org/10.1038/oby.2009.264
  2. Sepúlveda, B., Marín, A., Burrows, R. et al. It’s About Timing: Contrasting the Metabolic Effects of Early vs. Late Time-Restricted Eating in Humans. Curr Nutr Rep 13, 214–239 (2024). https://doi.org/10.1007/s13668-024-00532-0
  3. Chaput, J., & Tremblay, A. (2008). The glucostatic theory of appetite control and the risk of obesity and diabetes. International Journal Of Obesity, 33(1), 46-53. https://doi.org/10.1038/ijo.2008.221

  4. Chamorro, R., Garrido, M., Algarín, C., Lozoff, B., & Peirano, P. (2022). A single night of moderate at-home sleep restriction increases hunger and food intake in overweight young adults. Nutrition, 108, 111962. https://doi.org/10.1016/j.nut.2022.111962

  5. Farías, R., Sepúlveda, A., & Chamorro, R. (2020). Impact of Shift Work on the Eating Pattern, Physical Activity and Daytime Sleepiness Among Chilean Healthcare Workers. Safety And Health At Work, 11(3), 367-371. https://doi.org/10.1016/j.shaw.2020.07.002

  6. Jakubowicz, D., Barnea, M., Wainstein, J., & Froy, O. (2013). High Caloric intake at breakfast vs. dinner differentially influences weight loss of overweight and obese women. Obesity, 21(12), 2504-2512. https://doi.org/10.1002/oby.20460


¿Las Dietas Detox Realmente Funcionan o Son un Mito?

Las dietas detox se vuelven populares en redes sociales, revistas de salud y blogs de bienestar. Prometen limpiar el cuerpo de "toxinas", mejorar la digestión, aumentar la energía y promover una pérdida de peso muy rápida. Muchas veces se promocionan con imágenes de jugos verdes o batidos multicolores que parecen la solución perfecta después de excesos. Pero ¿qué tan ciertas son estas promesas? ¿Realmente necesitamos desintoxicar nuestro cuerpo con estas dietas? En este blog, analizamos qué dice la ciencia sobre las dietas detox y si realmente cumplen lo que prometen.

Plato de dietas detox

¿Qué es una dieta detox?

Las dietas detox pueden ser bien distintas, pero la mayoría se basa en solo consumir o principalmente consumir jugos, caldos, infusiones o batidos por un periodo que va desde 1 a 7 días. Algunas prohíben totalmente el consumo de alimentos sólidos, otras permiten solo ciertos vegetales o frutas. Lo común en todas es este enfoque en “depurar” el cuerpo.

El cuerpo ya se desintoxica solo

Lo importante es entender que el cuerpo humano ya tiene mecanismos super eficaces para eliminar las toxinas: el hígado, los riñones, los pulmones, el sistema linfático y la piel tienen un trabajo constante para deshacerse de los residuos metabólicos y toxinas ambientales. Por lo tanto, esa idea de que necesitamos una dieta especial para hacer algo que ya está ocurriendo naturalmente puede que no tenga tanto sentido como con el que suena (1).

Lo que realmente sucede durante las dietas detox

Muchas personas mencionan sentirse “más ligeras” o con más energía durante una dieta detox, pero por lo general esto es más por una reducción importante de alimentos ultraprocesados, azúcares y sal. Además, la baja rápida de peso que puede observarse al comienzo suele ser más que nada por una pérdida de agua y masa muscular, no de grasa corporal (2).

Riesgos y carencias nutricionales

Estas dietas restrictivas pueden llevar a deficiencias nutricionales si se siguen por varios días. Muchas no aportan suficiente proteína, grasas saludables, hierro, vitamina B12 y otros nutrientes esenciales para el funcionamiento adecuado del organismo, esto puede llevar a un debilitamiento del sistema inmune y que se pueda generar fatiga, mareos o irritabilidad (3).

¿Qué dice la ciencia sobre la “eliminación de toxinas en las dietas detox”?

No hay bibliografía que respalde de buena manera la idea de que las dietas detox logren eliminar toxinas de forma más eficiente que el funcionamiento natural del cuerpo. De hecho, varios análisis coinciden en que no existe evidencia suficiente de que estas prácticas tengan beneficios reales sostenidos en el tiempo.

Tampoco hay pruebas de que mejoren el funcionamiento del hígado o los riñones, órganos que son presentados como los principales beneficiados por estas dietas. Lo que sí se ha observado en algunos casos es una pérdida de peso inicial, que en gran parte corresponde a pérdida de agua y masa muscular, y no de grasa corporal (2).

¿Y qué pasa con los posibles efectos negativos?

Aunque puedan parecer inofensivas, las dietas detox pueden tener varios efectos secundarios si se prolongan o se hacen con frecuencia:

  • Pérdida de masa muscular debido a la baja ingesta de proteínas.
  • Déficit de hierro, vitamina B12 y ácidos grasos esenciales.
  • Desregulación del metabolismo por una baja ingesta calórica sostenida.
  • Mareos, debilidad, fatiga y dolor de cabeza.

Además, estas dietas pueden reforzar la idea de que necesitamos “castigarnos” o “compensar” después de comer en exceso, perpetuando una relación poco saludable con la comida (4).

¿Cuáles son las dietas detox más comunes?

Para ver mejor por qué llaman tanto la atención y, a la vez, por qué no siempre son la mejor opción, vale la pena revisar algunos ejemplos:

  • Dieta del jugo verde: Se basa en un consumo exclusivo de jugos hechos con vegetales de hoja verde, frutas y agua. Baja en calorías, alta en azúcar natural.
  • Limpieza con limón y cayena: Incluye agua con jugo de limón, pimienta cayena y jarabe de arce. Se utiliza como único alimento durante varios días.
  • Monodietas de frutas: Consumo exclusivo de una sola fruta durante días (como la dieta de la piña).
  • Té y suplementos detox: Prometen ayudar al “hígado” o “limpiar los intestinos”, pero no cuentan con evidencia que respalde sus afirmaciones y algunos pueden tener efectos laxantes.

¿Entonces, qué sí funciona?

Lo que ha demostrado tener efectos reales en salud, energía y composición corporal es llevar una alimentación balanceada y sostenible a lo largo del tiempo. Incluir frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, grasas saludables y fuentes de proteína de calidad es la mejor estrategia para “depurar” naturalmente al cuerpo: porque lo estás nutriendo, no castigando.

Mantener buenos hábitos como el ejercicio físico, dormir bien y beber agua suficiente también es parte del proceso. Más que “limpiar”, la idea debería ser “nutrir y apoyar” a nuestros sistemas naturales de desintoxicación (5).

Mynu y tu camino hacia una Alimentación consciente

En Mynu, creemos que no necesitas pasar hambre ni someterte a dietas extremas para cuidar tu cuerpo. Nuestra inteligencia artificial, Numy, puede ayudarte a ordenar tu alimentación de manera realista y balanceada, considerando tus preferencias, objetivos y genética. Así puedes evitar caer en soluciones mágicas y construir una relación saludable y sostenible con la comida, sin necesidad de “desintoxicarte” cada cierto tiempo.

Conclusión

Las dietas detox, a pesar de su popularidad, tienen más de mito que de ciencia. No solo son innecesarias para la mayoría de las personas, sino que además pueden ser contraproducentes si se mantienen o se realizan muy seguidas. La mejor “detox” es cuidar tu cuerpo día a día con una alimentación equilibrada, variada y adaptada a tus necesidades. Si buscas apoyo profesional y personalizado, Mynu está aquí para ayudarte a tomar decisiones informadas y sostenibles para tu salud.

Referencias

  1. McLoughlin, P., & Keane, M. P. (2011). Physiological and Pathological Angiogenesis in the Adult Pulmonary Circulation. Comprehensive Physiology, 1473-1508. https://doi.org/10.1002/cphy.c100034
  2. Klein, A. V., & Kiat, H. (2014). Detox diets for toxin elimination and weight management: a critical review of the evidence. Journal Of Human Nutrition And Dietetics, 28(6), 675-686. https://doi.org/10.1111/jhn.12286

  3. Obert, J., Pearlman, M., Obert, L. et al. Popular Weight Loss Strategies: a Review of Four Weight Loss Techniques. Curr Gastroenterol Rep 19, 61 (2017). https://doi.org/10.1007/s11894-017-0603-8
  4. Yanovski, S. Z., Billington, C. J., Epstein, L. H., Goodwin, N. J., Hill, J. O., Pi-Sunyer, F. X., Rolls, B. J., Stern, J. S., Wadden, T. A., Weinsier, R. L., Wilson, G. T., Wing, R. R., Van Hubbard, S., Hoofnagle, J. H., Everhart, J., & Harrison, B. (2000). Dieting and the Development of Eating Disorders in Overweight and Obese Adults. Archives Of Internal Medicine, 160(17), 2581. https://doi.org/10.1001/archinte.160.17.2581

  5. Vilarnau, C., Stracker, D.M., Funtikov, A. et al. Worldwide adherence to Mediterranean Diet between 1960 and 2011. Eur J Clin Nutr 72 (Suppl 1), 83–91 (2019). https://doi.org/10.1038/s41430-018-0313-9

jugos detox

Desintoxicación con Jugos: ¿Efectivo o Peligroso para la Salud?

Las dietas de desintoxicación con jugos llevan varios años sonando, con la promesa de limpiar el cuerpo de toxinas, mejorar la digestión y ayudar con la pérdida de peso. Sin embargo, la evidencia científica sobre sus beneficios y riesgos genera un intenso debate. ¿Son realmente efectivos, o pueden ser perjudiciales para la salud? En este blog, analizaremos qué implican estas dietas, qué dice la ciencia sobre su impacto en el organismo y qué consideraciones debes tener antes de pensar en hacerla.

¿Qué son las dietas de desintoxicación con jugos?

Las dietas de desintoxicación con jugos consisten en consumir exclusivamente jugos de frutas y verduras durante un tiempo determinado, que puede ser desde uno a varios días. Se basan en la idea de que el cuerpo necesita ayuda para eliminar toxinas acumuladas debido a una mala alimentación, la contaminación ambiental y otros factores. Sin embargo, el cuerpo humano ya cuenta con sistemas naturales de eliminación de toxinas, principalmente a través del hígado y los riñones (1).

Estas dietas suelen excluir alimentos sólidos y restringir macronutrientes esenciales como proteínas y grasas, lo que puede generar efectos negativos en la salud si es que duran mucho tiempo.

¿Realmente eliminan toxinas los jugos?

Uno de los principales argumentos para las dietas detox con jugos es que ayudan a limpiar el cuerpo de sustancias dañinas. Sin embargo, la evidencia científica no sustenta esta afirmación. El hígado y los riñones son los órganos responsables de filtrar y eliminar compuestos no deseados del organismo de manera eficiente sin necesidad de dietas extremas (2). No existen pruebas concluyentes de que consumir solo jugos mejore este proceso o acelere la eliminación de toxinas.

Impacto en el metabolismo y la energía

Al sacar casi todas las proteínas y grasas saludables de la dieta, estas desintoxicaciones pueden generar efectos negativos en el metabolismo. La falta de proteínas podría disminuir la masa muscular generando que se reduzca la tasa metabólica basal, lo que a largo plazo dificulta la pérdida de peso sostenida (3). Además, como están basados en frutas y algunas verduras, estos jugos pueden concentrar muchas frutas teniendo gran cantidad de azúcares más simples. Esto puede provocar picos y caídas en los niveles de glucosa en sangre más agresivos, lo que podría provocar malestar, especialmente al consumir solo líquidos (4).

Posibles riesgos para la salud

1. Deficiencias nutricionales

Las dietas de jugos no aportan ciertos nutrientes esenciales como proteínas, grasas saludables y algunas vitaminas y minerales que son necesarias para el funcionamiento del organismo. A largo plazo, pueden generar deficiencias de hierro, vitamina B12 y ácidos grasos esenciales, lo que afecta el sistema inmunológico y la salud general (5).

2. Efecto rebote y pérdida de masa muscular

Muchas personas ven una rápida pérdida de peso con estas dietas debido a la eliminación de líquidos y la reducción del contenido de glucógeno en los músculos. Sin embargo, esta pérdida suele ser temporal, y al volver a la alimentación habitual, es común recuperar el peso perdido o incluso ganar más debido a la desaceleración del metabolismo (6).

3. Alteraciones en la microbiota intestinal

El consumo exclusivo de jugos reduce la ingesta de fibra insoluble, que es clave para la salud digestiva y el equilibrio de la microbiota intestinal. Una alimentación restrictiva basada solo en líquidos puede provocar desbalances en las bacterias intestinales beneficiosas, afectando la digestión y la absorción de nutrientes (7).

4. Afectación del control del azúcar en sangre

Las dietas de jugos pueden contener una alta cantidad de fructosa sin la fibra que naturalmente regula su absorción en las frutas enteras. Esto puede generar desbalances en los niveles de glucosa en sangre, lo que es principalmente perjudicial para personas con resistencia a la insulina o diabetes (8).

Alternativas más saludables para apoyar la función del cuerpo

En lugar de recurrir a dietas restrictivas, existen estrategias nutricionales más equilibradas para apoyar la función del hígado y la eliminación de compuestos no deseados:

  • Consumir una dieta rica en fibra: Frutas enteras, verduras, legumbres y cereales integrales ayudan a la salud intestinal y ayudan en la eliminación de desechos.
  • Mantener una hidratación adecuada: El agua es clave para la función renal y la eliminación de toxinas.
  • Incluir alimentos con propiedades antioxidantes: Verduras de hojas verdes, cítricos y frutos rojos ayudan a reducir el estrés oxidativo en el organismo.
  • Evitar el consumo excesivo de alimentos ultraprocesados y alcohol: Esto reduce la carga de toxinas en el cuerpo y favorece la función hepática.

Mynu y una alimentación balanceada

Mynu es una herramienta diseñada para ayudarte a mantener una alimentación equilibrada y personalizada sin caer en dietas extremas. Con la ayuda de su inteligencia artificial, Numy, puedes obtener planes de alimentación adaptados a tus necesidades, asegurando una ingesta adecuada de nutrientes y evitando las deficiencias asociadas con las dietas de desintoxicación por jugos. En lugar de optar por restricciones innecesarias, Mynu te permite optimizar tu alimentación de forma sostenible y saludable.

Conclusión

Las dietas de desintoxicación con jugos no tienen respaldo científico que avale sus supuestos beneficios y pueden generar más riesgos que ventajas para la salud. En lugar de usar métodos extremos, es mejor tener una alimentación equilibrada que apoye de manera natural los procesos de eliminación de toxinas del cuerpo. Mantener hábitos saludables a largo plazo es la clave para una buena salud sin comprometer el bienestar.

Referencias

  1. Valtin, H. (2002). “‘Drink at least eight glasses of water a day.’ Really?” American Journal of Physiology-Regulatory, Integrative and Comparative Physiology, 283(5), R993-R1004. https://doi.org/10.1152/ajpregu.00365.2002
  2. Klein, A. V., & Kiat, H. (2015). “Detox diets for toxin elimination and weight management: a critical review of the evidence.” Journal of Human Nutrition and Dietetics, 28(6), 675-686. https://doi.org/10.1111/jhn.12286
  3. Pasiakos, S. M., McLellan, T. M., & Lieberman, H. R. (2014). The Effects of Protein Supplements on Muscle Mass, Strength, and Aerobic and Anaerobic Power in Healthy Adults: A Systematic Review. Sports Medicine, 45(1), 111-131. https://doi.org/10.1007/s40279-014-0242-2

  4. Livesey, G., Taylor, R., Hulshof, T., & Howlett, J. (2008). “Glycemic response and health: summary of a workshop.” The American Journal of Clinical Nutrition, 87(1), 212S-216S. https://doi.org/10.1093/ajcn/87.1.212s
  5. Minich, D. M. (2019). A Review of the Science of Colorful, Plant-Based Food and Practical Strategies for “Eating the Rainbow”. Journal Of Nutrition And Metabolism, 2019, 1-19. https://doi.org/10.1155/2019/2125070

  6. Dulloo, A. G., Jacquet, J., Montani, J. P., & Schutz, Y. (2015). “How dieting makes the lean fatter: from a perspective of body composition autoregulation through adipostats and proteinstats awaiting discovery.” Obesity Reviews, 16(1), 25-35. https://doi.org/10.1111/obr.12253
  7. Sonnenburg, J. L., & Bäckhed, F. (2016). “Diet–microbiota interactions as moderators of human metabolism.” Nature, 535(7610), 56-64. https://doi.org/10.1038/nature18846
  8. Stanhope, K. L. (2016). “Sugar consumption, metabolic disease and obesity: The state of the controversy.” Critical Reviews in Clinical Laboratory Sciences, 53(1), 52-67. https://doi.org/10.3109/10408363.2015.1084990

Alimentos Fermentados: Claves para una Microbiota Saludable

La alimentación podría ser el papel clave en la salud intestinal y general del cuerpo. En los últimos años, los alimentos fermentados han ganado popularidad debido a su impacto positivo en la microbiota intestinal, el sistema inmunológico y la digestión. Desde el yogurt hasta el kimchi, estos alimentos han sido parte de la dieta humana durante cientos de años, pero ¿qué dice la ciencia sobre sus beneficios reales?

Alimentos fermentados¿Qué Son los Alimentos Fermentados?

Los alimentos fermentados son alimentos que han pasado por un proceso de fermentación, en donde los microorganismos como bacterias y levaduras transforman los componentes del alimento, mejorando su digestibilidad y perfil nutricional. Durante el proceso, se producen compuestos beneficiosos como ácidos orgánicos, enzimas y probióticos que pueden influir positivamente en nuestra salud intestinal (1).

Algunos ejemplos de alimentos fermentados incluyen:

  • Lácteos fermentados: yogur, kéfir
  • Vegetales fermentados: chucrut, kimchi, pepinillos
  • Bebidas fermentadas: kombucha, Kvas
  • Productos de soya fermentados: miso, tempeh

Beneficios de los Alimentos Fermentados

1. Salud Digestiva y Microbiota Intestinal

Los alimentos fermentados contienen probióticos, son microorganismos vivos que pueden ayudar a mejorar la composición de la microbiota intestinal. Un microbioma equilibrado se relaciona con una mejor digestión, menos inflamación intestinal y una reducción del riesgo de enfermedades digestivas como el síndrome de intestino irritable (2).

2. Refuerzo del Sistema Inmunológico

La microbiota intestinal tiene un efecto directo en la función inmunológica. Se ha visto que los alimentos fermentados pueden modular la respuesta inmunitaria, fortaleciendo las defensas del cuerpo contra infecciones y pudiendo reducir la inflamación crónica (3).

3. Mejora en la Absorción de Nutrientes

El proceso de fermentación puede aumentar la biodisponibilidad de algunos nutrientes, como las vitaminas del grupo B, el hierro y el zinc. Además, la fermentación ayuda a descomponer compuestos como los antinutrientes, lo que facilita una mejor absorción de minerales esenciales (4).

4. Beneficios para la Salud Mental

El eje intestino-cerebro es un área de estudio creciente en las ciencias que se relacionan a la nutrición. Se ha encontrado que un microbioma equilibrado puede influir en la producción de neurotransmisores como la serotonina, lo que puede mejorar el estado de ánimo y reducir síntomas de ansiedad y depresión (5).

5. Regulación del Metabolismo

Algunos estudios han sugerido que los alimentos fermentados pueden contribuir a mejorar la regulación metabólica al influir en la composición del microbioma intestinal. Se ha visto que ciertos probióticos presentes en el yogur y el kéfir pueden ayudar a mejorar la sensibilidad a la insulina y favorecer el metabolismo de las grasas (6).

¿Todos los Alimentos Fermentados Son Iguales?

No todos los alimentos fermentados contienen probióticos vivos, ya que algunos pasan por procesos de pasteurización que eliminan las bacterias beneficiosas, un muy buen ejemplo, el chucrut. Para aprovechar sus beneficios, es recomendable elegir productos que indiquen la presencia de cultivos vivos en su etiqueta. Busca que sean no pasteurizados para obtener todos sus beneficios.

¿Cómo Incluirlos en la Dieta?

Incorporar alimentos fermentados en la alimentación diaria es fácil y puede traer varios beneficios para la salud. Algunas recomendaciones son:

  • Añadir kéfir o yogur natural en el desayuno.
  • Incluir una porción de chucrut o kimchi no pasteurizados en las comidas.
  • Elegir de vez en cuando bebidas fermentadas como kombucha en lugar de bebidas gaseosas clásicas.
  • Incorporar miso o tempeh en preparaciones de sopas o ensaladas.

Mynu y la Personalización de la Alimentación

En Mynu, entendemos que cada persona tiene necesidades nutricionales únicas. Gracias a la inteligencia artificial de Numy, podemos ayudarte a incorporar alimentos fermentados de manera personalizada en tu dieta, optimizando tu microbiota y mejorando tu bienestar digestivo. Numy te puede asesorar en la selección y combinación de alimentos fermentados según tus objetivos de salud y preferencias personales.

Conclusión

Los alimentos fermentados son una herramienta muy agradable y con buen sabor para mejorar la salud intestinal y fortalecer el sistema inmunológico. Su impacto positivo en la digestión, el metabolismo y la absorción de nutrientes los convierte en los mejores aliados para una alimentación equilibrada. Integrarlos en la dieta de manera regular puede ser una estrategia efectiva para mejorar la salud a largo plazo.

Referencias

1. Marco, M. L., et al. (2017). Health benefits of fermented foods: microbiota and beyond. Current Opinion in Biotechnology, 44, 94-102. https://doi.org/10.1016/j.copbio.2016.11.010

2. Saxelin, M., Tynkkynen, S., Mattila-Sandholm, T., & De Vos, W. M. (2005). Probiotic and other functional microbes: from markets to mechanisms. Current Opinion In Biotechnology, 16(2), 204-211. https://doi.org/10.1016/j.copbio.2005.02.003

3. Bermudez-Brito, M., et al. (2012). Probiotic mechanisms of action. Annals of Nutrition and Metabolism, 61(2), 160-174. https://doi.org/10.1159/000342079

4. Shokryazdan, P., Jahromi, M. F., Liang, J. B., & Ho, Y. W. (2017). Probiotics: From Isolation to Application. Journal Of The American College Of Nutrition, 36(8), 666-676. https://doi.org/10.1080/07315724.2017.1337529

5. Foster, J. A., & Neufeld, K. M. (2013). Gut-brain axis: how the microbiome influences anxiety and depression. Trends in Neurosciences, 36(5), 305-312. https://doi.org/10.1016/j.tins.2013.01.005

6. Kadooka, Y., et al. (2010). Regulation of abdominal adiposity by probiotics (Lactobacillus gasseri SBT2055) in adults with obese tendencies in a randomized controlled trial. European Journal of Clinical Nutrition, 64(6), 636-643. https://doi.org/10.1038/ejcn.2010.19


Sostenibilidad y Nutrición: Cómo Comer Sin Dañar el Planeta

El impacto ambiental de nuestra alimentación es un tema cada vez más relevante. Desde la producción hasta el consumo, los alimentos que elegimos afectan nuestra salud, y también la del planeta. La sostenibilidad en la nutrición busca equilibrar necesidades nutricionales con prácticas responsables que minimicen el impacto ecológico. En este blog, exploraremos cómo podemos tener una alimentación más sostenible sin comprometer la calidad de nuestra nutrición.

sostenibilidadEl Impacto Ambiental de la Producción de Alimentos

El sistema alimentario actual es de las principales fuentes de emisión de gases de efecto invernadero (GEI). Se ve que hasta un tercio de estas emisiones provienen de la producción de alimentos, siendo la ganadería y la agricultura industrial dos de los mayores contribuyentes. Además, la deforestación, el uso excesivo de agua y la pérdida de biodiversidad están estrechamente relacionados con la producción masiva de ciertos alimentos afectando la sostenibilidad (1).

De los alimentos con mayor huella de carbono se encuentra la carne roja y los productos lácteos. La cría de ganado requiere grandes cantidades de recursos, y genera metano, un gas de efecto invernadero mucho más potente que el dióxido de carbono. A su vez, el monocultivo de ciertos vegetales o productos agrícolas, como la soja y el maíz, impacta en la degradación del suelo y la deforestación de ecosistemas que son más críticos (2).

Estrategias para una Alimentación con más Sostenibilidad

1. Priorizar Alimentos de Origen Vegetal

Adoptar una dieta donde se priorizan los vegetales no solo aporta beneficios para la salud, sino que también reduce significativamente la huella ambiental. El consumo de legumbres, frutas, verduras y cereales integrales requiere menos agua y energía en comparación con la producción de carne y productos lácteos. Se ha visto que las Dietas basadas en vegetales pueden reducir hasta en un 50% las emisiones de GEI relacionadas con la alimentación, ayudando en la sostenibilidad (3).

2. Reducir el Consumo de Carnes Rojas y Productos Ultraprocesados

La carne es una fuente importante de proteínas y micronutrientes esenciales, pero se ha visto que su producción es una de las más contaminantes. Reducir su consumo, en especial de carnes rojas, puede marcar una diferencia significativa. Estudios sugieren que una disminución moderada del consumo de carne en lo que seria nuestra dieta "dieta occidental" podría reducir en un 20-30% las emisiones de carbono vinculadas a la alimentación (4).

Los productos ultraprocesados también generan un impacto ambiental elevado más que nada por el alto uso de plásticos y envases, además de los procesos industriales que requieren altos consumos energéticos. Priorizar alimentos frescos y menos procesados no solo beneficia nuestra salud, sino que también disminuye la cantidad de residuos plásticos y emisiones de carbono asociadas a la producción y transporte (5).

3. Optar por Alimentos de Temporada y Producción Local

Consumir alimentos de temporada y producidos localmente reduce la huella de carbono asociada al transporte de productos importados. Además, los alimentos de temporada suelen ser más nutritivos y frescos, lo que tiene un impacto en su calidad y sabor. Un informe de la FAO destaca que el transporte de alimentos contribuye significativamente a la huella ambiental total de la cadena alimentaria (6).

4. Minimizar el Desperdicio de Alimentos

Se estima que un tercio de los alimentos producidos a nivel mundial se desperdicia. Este problema no solo muestra pérdidas económicas, sino que también tiene un impacto ambiental importante debido a los recursos utilizados en su producción y transporte. Planificar las compras, almacenar los alimentos de forma adecuada y aprovechar sobras en nuevas preparaciones son estrategias que nos pueden ayudar a reducir el desperdicio (7).

5. Elegir Fuentes de Proteína que Ayuden en la Sostenibilidad

En lugar de depender solamente de fuentes animales, introducir otras alternativas proteicas más sostenibles como legumbres, frutos secos, semillas y proteínas de origen vegetal es una muy buena opción. Las algas y los insectos también se presentan como alternativas futuras viables por su alto contenido proteico y bajo impacto ambiental (8).

Mynu y la Sostenibilidad en la Alimentación

Mantener una dieta saludable y sostenible puede ser difícil sin la información correcta. Mynu ofrece una solución práctica al personalizar tu alimentación según tus necesidades nutricionales y preferencias, dando una variedad de opciones tanto de alimentos naturales como procesados. Esto ayuda al aumento del consumo de alimentos de origen vegetal y contribuye a la sostenibilidad del planeta.

Gracias a la inteligencia artificial de Numy, Mynu te ayuda a optimizar tus comidas de manera que sean equilibradas y variadas. Puedes recibir recomendaciones sobre cómo reducir el desperdicio alimentario, aprovechar mejor los ingredientes disponibles y elegir opciones que minimicen el impacto ambiental.

Conclusión

La sostenibilidad y la nutrición van de la mano cuando buscamos mejorar nuestra salud tratando de ser lo más respetuosos con los recursos del planeta. Pequeños cambios en nuestros hábitos alimenticios, como elegir más alimentos vegetales, reducir el desperdicio y elegir productos locales, pueden marcar una gran diferencia. A través de herramientas como Mynu, es posible adoptar un estilo de vida saludable y responsable con el medio ambiente.

Referencias

  1. Poore, J., & Nemecek, T. (2018). Reducing food’s environmental impacts through producers and consumers. Science, 360(6392), 987-992. https://doi.org/10.1126/science.aaq0216
  2. Clark, M. A., Springmann, M., Hill, J., & Tilman, D. (2019). Multiple health and environmental impacts of foods. Proceedings Of The National Academy Of Sciences, 116(46), 23357-23362. https://doi.org/10.1073/pnas.1906908116

  3. Willett, W., et al. (2019). Food in the Anthropocene: the EAT–Lancet Commission on healthy diets from sustainable food systems. The Lancet, 393(10170), 447-492. https://doi.org/10.1016/s0140-6736(18)31788-4

  4. Aleksandrowicz, L., Green, R., Joy, E. J. M., Smith, P., & Haines, A. (2016). The Impacts of Dietary Change on Greenhouse Gas Emissions, Land Use, Water Use, and Health: A Systematic Review. PLoS ONE, 11(11), e0165797. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0165797

  5. Monteiro, C. A., et al. (2019). Ultra-processed foods: what they are and how to identify them. Public Health Nutrition, 22(5), 936-941. https://doi.org/10.1017/s1368980018003762

  6. Food and Agriculture Organization of the United Nations (FAO). (2013). Food Wastage Footprint: Impacts on Natural Resources. FAO Report. https://www.fao.org/3/i3347e/i3347e.pdf
  7. Gustavsson, J., Cederberg, C., Sonesson, U., Van Otterdijk, R., & Meybeck, A. (2011). Global food losses and food waste: extent, causes and prevention. FAO Report. https://www.fao.org/3/mb060e/mb060e.pdf
  8. Aidoo, O. F., Osei-Owusu, J., Asante, K., Dofuor, A. K., Boateng, B. O., Debrah, S. K., Ninsin, K. D., Siddiqui, S. A., & Chia, S. Y. (2023). Insects as food and medicine: a sustainable solution for global health and environmental challenges. Frontiers In Nutrition, 10. https://doi.org/10.3389/fnut.2023.1113219