¿Te ha pasado que no sabes si ese brócoli congelado o esas frutas congeladas del súper son tan sanas como las frescas? Muchas personas creen que los alimentos congelados son de peor calidad, “menos naturales” o que pierden sus nutrientes. Pero, ¿qué tan cierto es esto? ¿Qué dice realmente la ciencia? En este blog hablamos de los alimentos congelados, explicamos sus beneficios y precauciones, y te damos herramientas para que puedas aprovecharlos en una dieta saludable, sin culpa ni confusión.

Alimentos congelados¿Qué es el proceso de congelación y por qué se usa?

La congelación es un método de conservación básicamente que baja la temperatura de los alimentos a -18 °C o menos, disminuyendo casi por completo el crecimiento microbiano y las reacciones químicas que los deterioran (1). Esto permite mantener los alimentos congelados en buen estado por semanas o incluso meses, reduciendo el desperdicio y facilitando la disponibilidad de frutas, verduras, pescados y otros productos fuera de temporada.

Además, si uno congela y descongela de buena manera, puede conservar de manera eficaz tanto la calidad sensorial como el valor nutricional de los alimentos.

¿Se pierden nutrientes al comer alimentos congelados?

Esta es una de las dudas que más se repiten. La realidad es que la mayoría de los nutrientes se conservan bien durante la congelación, especialmente si el alimento se congela poco tiempo después de que se cosecha o se procesa.

Se ha visto que algunas frutas y verduras congeladas conservan niveles de Vitamina C, carotenoides y polifenoles similares o incluso mayores que las frescas, que pueden pasar días o semanas en transporte y almacenamiento antes de llegar al consumidor (2).

Eso sí, algunos nutrientes sensibles al calor o al agua (como folato y vitamina C) pueden degradarse ligeramente si se blanquean los alimentos antes de congelarlos. Aun así, las pérdidas que se generan suelen ser mínimas y no comprometen el aporte nutricional del alimento en el contexto de una dieta balanceada (3).

Beneficios de los alimentos congelados

Consumir alimentos congelados no solo es seguro y muy práctico: también puede ser una herramienta para mejorar tu alimentación. Aquí algunas ventajas de comer alimentos congelados:

  • Facilitan el acceso a frutas y verduras todo el año, sin depender de la estacionalidad de estos productos.
  • Permiten ahorrar tiempo en lavado, pelado y trozado, lo que mejora la adherencia a una alimentación saludable.
  • Bajan el desperdicio de los alimentos, ya que se mantienen por más tiempo.
  • Por lo general son Más económicos que sus versiones frescas fuera de temporada.
  • Pueden tener igual o mejor valor nutricional que los alimentos frescos mal almacenados o con largo tiempo de transporte (4).

¿Qué tengo que revisar antes de comprarlos?

No todos los congelados son iguales. Es fundamental leer etiquetas y observar ciertos aspectos para elegir buenas opciones:

  • Prefiere vegetales o frutas congeladas sin extras o aditivos.

  • Evita productos apanados, con frituras previas o ingredientes ultraprocesados.

  • Revisa la lista de ingredientes: si tiene más de 3-4 ingredientes o aditivos extraños, tratar de buscar una versión más simple.

  • Si es pescado o carne congelada, asegúrate de que venga en envases cerrados, sin escarcha ni cristales de hielo (muestra un descongelamiento previo).

¿Y qué pasa al descongelarlos?

La forma en que descongelas los alimentos también influye. Aquí algunas recomendaciones clave:

  • Siempre descongela en el refrigerador o usando métodos seguros como el microondas, no a temperatura ambiente.

  • Cocina los alimentos justo después de descongelar.

  • No recongeles un alimento que ya se descongelo, a no ser que lo cocines previamente (esto evita proliferación bacteriana).

  • Algunas frutas (como frutillas o mangos) pueden cambiar su textura, pero mantienen su valor nutricional. ¡Úsalas en batidos, compotas o helados saludables!

¿Qué alimentos congelados vale la pena tener en casa?

Para facilitar una alimentación equilibrada, aquí hay una lista de alimentos congelados que pueden ser muy útiles:

  • Verduras: brócoli, coliflor, porotos verdes, espinaca picada, zapallo.

  • Frutas: berries, mangos, plátano en trozos.

  • Pescados y mariscos congelados naturales.

  • Pollo o pavo congelado sin marinar.

  • Arroz integral o legumbres cocidas listas para calentar.

Estos alimentos nos dan la posibilidad de armar en minutos un plato completo: proteína + carbohidrato complejo + vegetales.

¿Y los productos ultraprocesados congelados?

Muchos productos congelados como nuggets, pizzas, papas fritas o “comidas listas” están llenos de grasas saturadas, sodio y aditivos. Aunque también están congelados, no tienen nada que ver con Lo saludable de un alimento natural congelado como un brócoli o una merluza natural.

Por eso, no se trata de congelado igual a malo o bueno, sino de saber elegir qué tipo de congelado estás comprando.

¿Cómo ayuda Mynu en esto?

En Mynu sabemos que comer saludable no debe ser complicado. Por eso, si usas congelados como parte de tu rutina, Numy analiza tus necesidades personales (incluyendo tu genética) y tu estilo de vida para darte recomendaciones personalizadas. ¿Predisposición a bajos niveles de vitamina C? Te diremos cómo reforzarlo. ¿Riesgo de hipertensión? Ajustamos los alimentos con sodio. Incluso con poco tiempo, puedes tener una alimentación completa, rica y segura, gracias a la genética, la tecnología y la orientación adecuada.

Conclusión

Los alimentos congelados, bien elegidos, pueden ser tan nutritivos como los frescos y son una excelente herramienta para mantener una alimentación saludable, práctica y sostenible. La clave está en saber leer etiquetas, elegir opciones simples y naturales, y evitar los ultraprocesados disfrazados. Comer bien también significa adaptarse a tu realidad, y en eso, el congelador puede ser tu gran aliado.

Bibliografía

  1. Bouzari, A., Holstege, D., & Barrett, D. M. (2014). Mineral, Fiber, and Total Phenolic Retention in Eight Fruits and Vegetables: A Comparison of Refrigerated and Frozen Storage. Journal Of Agricultural And Food Chemistry, 63(3), 951-956. https://doi.org/10.1021/jf504890k

  2. Bouzari, A., Holstege, D., & Barrett, D. M. (2014). Vitamin Retention in Eight Fruits and Vegetables: A Comparison of Refrigerated and Frozen Storage. Journal Of Agricultural And Food Chemistry, 63(3), 957-962. https://doi.org/10.1021/jf5058793

  3. Li, L., Pegg, R. B., Eitenmiller, R. R., Chun, J., & Kerrihard, A. L. (2017). Selected nutrient analyses of fresh, fresh-stored, and frozen fruits and vegetables. Journal Of Food Composition And Analysis, 59, 8-17. https://doi.org/10.1016/j.jfca.2017.02.002

  4. Phillips, K. M., Tarragó-Trani, M. T., Gebhardt, S. E., Exler, J., Patterson, K. Y., Haytowitz, D. B., Pehrsson, P. R., & Holden, J. M. (2010). Stability of vitamin C in frozen raw fruit and vegetable homogenates. Journal Of Food Composition And Analysis, 23(3), 253-259. https://doi.org/10.1016/j.jfca.2009.08.018

  5. Miao, H., Lin, J., Zeng, W., Wang, M., Yao, L., & Wang, Q. (2019). Main Health-Promoting Compounds Response to Long-Term Freezer Storage and Different Thawing Methods in Frozen Broccoli Florets. Foods, 8(9), 375. https://doi.org/10.3390/foods8090375